miércoles, 9 de enero de 2013


Encontrando un significado de “A través del Universo”
No es karma; solo causa y efecto | Jorge Macías-Sámano



Hoy ocurrió un momento importante en mi vida. Pude entender varias cosas.
Uno de esos días raros que todos tenemos o al menos debemos tenerlo alguna vez. De hecho no hay forma que no lo tengamos e incluso, aunque no queramos, sin duda nos daremos cuenta de que es importante.

A veces lo buscamos, pero no llega. Sentimos que lo necesitamos, pero no sabemos cómo lograrlo o como verlo. Pero llega y llega cuando menos nos esperamos. Una seña en nuestra vida diaria, una palabra de alguien cercano, una película, una pieza musical, un tropiezo con una fotografía, un gesto que vemos, un momento de soledad, un momento de fragilidad, un momento de realidad, un momento de tristeza profunda o uno de acelerada euforia. Todo cuenta, todo vale. Todo es posible para ese momento de lucidez.

El momento llega y lo sentí literalmente como lo describen Lennon y McCartney en A Través del Universo, “…pools of sorrow waves of joy are drifting through my opened mind, possessing and caressing me…(pozos de tristeza, ondas de felicidad a la deriva en mi mente abierta, poseyéndome y acariciándome)…..”images of broken light, which dance before me like a million eyes” (imagines de luz entrecortada, que danza ante mi como millones de ojos)…..”They call me on and on across the universo” (me llaman continuamente a través del universo)……thoughts meander like a restless wind inside a letter box. They tumble blindly as they make their way across the universe”  (pensamientos que circulan como viento incansable dentro de una caja de cartas, que caen y se revuelven ciegamente a medida que toman su camino a través del universo).

Y el coro repite constantemente “nothing is going to change my world” (nada cambiara mi mundo). Queremos que la vida sea como nosotros deseamos y a la hora que lo pensamos más oportuno. Es tan humano, el querer vivir una fantasía o algo que no es real o correcto por completo. Continuamente, ilusamente, decimos “nada va a cambiar mi mundo”. Y es quizás aquí donde nos atoramos y se nos presenta una disyuntiva. ¿Cambiamos o seguimos así? ¿La decisión es nuestra o de la vida?

La vida tiene su propio ritmo y casi nunca es favorable per se, a menos que lo busquemos, invirtamos algo, más comúnmente tiempo o atención en lo que hacemos. El seguir, sin cambiar, es otro camino, y además muy válido. Pero por algo sentimos que algo nos falta, algo no anda bien, por eso nos confrontamos, con alguien, con nosotros, o con la vida misma. La decisión es solo nuestra.

Pero ocurre. Nace una idea más o menos clara, que la seguimos, la desarrollamos y nos permite seguirle el hilo a algo. Entendiéndolo y aceptándolo. Nos adaptamos a la nueva realidad y encontramos nuevas salidas y nuevos horizontes. No todo está perdido, ni todo completamente mal. Así es el universo. La vida, no es ni negra ni blanca, sino una miríada de tonos, de matices grises. Colores que la hacen bella y suficientemente preciada para cambiar, para vivir mejor. Pero sobre todo, ante todo, que el hacerlo nos permite aprender, conocernos y seguir adelante, seguir adelante con cualquier camino que decidamos tomar.

Jorge Macías-Sámano

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