El Patrón de
la Buhardilla
No es karma, solo causa
y efecto…
│ Juan Carlos Navarro
<<La Causa>>
-“Bienvenidos a mi Buhardilla”-
Era lo primero que se leía al pasar aquella desvencijada
puerta de rechinidos oxidantes, la puerta que tenía truco casi en conciliábulo
con el viejo que ahí vivía, emulando a las cerraduras de las bóvedas de un
banco, como si, Doorman, el viejo tuviese algo de valor que ocultar. Había
escrito esa frase hacia 7 años sobre un papel doblado por mitad, con un marcador
negro, y lo había colocado con dos pequeños clavos frente al muro de la puerta
chillona como para que la persona que el esperó durante toda su vida lo viera,
el papel amarillento y desteñido, cansado de esperar, pero con esperanza, era
lo que captaba la atención de todo aquel que lo visito alguna vez… y seamos
sinceros, solo 3 personajes lo visitaban recurrentemente: Su casera para cobrar
la renta, la rata que se comía las migajas que dejaba tiradas y un tercer ente
al que él jamás conoció, pero si percibió, Doorman era muy buen tipo; en el
trabajo lo estimaban en demasía pero:
¿Quién quería entrar a aquel cuartucho? ...
Tres por tres, una pequeña cama, una silla roída de la
pata izquierda por la habitual rata, ropa ordenada y colgada en ganchos, libros
tirados por doquier y no por ser un gran lector, el único libro que había
hojeado de principio a fin era Crimen y Castigo <<divagaba con la idea de
ser Rodión Romanovich, y en ese libro fue donde supo lo que era una
buhardilla>>, conservaba los libros como recuerdo de su padre, un pequeño
espejo, el vaso solitario que igual recibía agua o vodka y la almohada que le
habían obsequiado, pero que no usaba para reposar su cabeza, sino para
abrazarla cuando tenía frio, o cuando soñaba con Ella.
Recurrentemente, llegaba cansado de laburar, su trabajo
no era complicado, pero demandaba mucha paciencia y estar parado durante mucho
tiempo, ser guardia de seguridad requiere esfuerzos que muchos no comprendemos.
Esos días en que el llegaba abatido; se tomaba un vaso de agua, las pastillas y
a dormir profundamente… Esos momentos eran en donde se hacia presente el tercer
personaje.
<<No hay mejor almohada que una conciencia
tranquila>> No me consta pero creo los ronquidos del viejo Doorman
despertaban a ese tercer visitante… era un sueño tan delicioso y reconfortante
que a él (el tercer visitante), antes de comenzar sus andanzas se tomaba un
tiempo para observar detenidamente el rostro de Doorman, esas noches en que él
salía, a Doorman se le pintaba una sonrisa dormilona que le encantaba ver, la
cual nunca había visto ni siquiera frente al espejo y de la que estaba
enamorado… y es que cuando Doorman dormía, el alma se le desprendía del cuerpo
para vivir las aventuras que Doorman siempre tuvo miedo de vivir…
Alma Noctambula, caprichosa, enamoradiza y melómana,
gustaba de caminar solitaria por aquellas calles oscuras de silencio
sobrecogedor, adoraba romper tal calma silbando a pecho abierto viejos y
conocidos fraseos de Jazz, observar parejas en besos apasionado bajo la tenue
luz de una farola era un deleite, hacía de todo: fumaba cigarrillos, daba largas caminatas,
cantaba bajo los balcones de las mujeres que a Doorman le gustaban y luego
regresaba, porque “el patrón de la Buhardilla”, pronto despertaría para ir a laburar…
Era como si Doorman, compartiera su cuerpo con otra
persona. Doorman (el terrenal) era como el Sancho Panza de “aquel lugar de la
mancha de cuyo nombre no me quiero acordar” dubitativo y apático. Y Doorman (el
ente) era el Flaco Quijote que gustaba de pelear con molinos y enamorar
Dulcineas… por las mañanas Doorman Sancho; por las noches de cansancio Doorman
Quijote.
Lo cierto es que, en esos días en que Doorman Quijote
salía de paseo, las mañanas de Doorman Sancho eran de increíble felicidad,
después todos esos bríos menguaban, hasta que eran necesarios los paseos de
Doorman Quijote.
Una de esas noches de paseo del Doorman Quijote; se sentó en una banca del parque de la ciudad
W, cansado de reír y jugar con algunos perros callejeros que se habían cruzado
por su camino, el dolor de estomago por exceso de risa, un suspiro profundo que
tranquiliza, prende un cigarrillo, se siente observado, desde el frente, un
tanto cargado a su derecha de la visión panorámica, una mujer que lo observa,
<< raro es poder ver algo intangible como un alma juguetona>> la señora se ríe y se acerca, no se saludan
ella solo dice: –¡Linda noche! ¿Verdad?
Doorman Quijote sonríe gratamente y responde: – No tan linda como usted señora…
Puestas las cartas sobre la mesa y después de una afable
e interesante platica, Doorman Quijote se para de la banca, se posiciona frente
a ella, le extiende la mano y le dice: -“Hermosa señora, nada propio tengo,
pero lo que tengo se lo ofrezco, tome mi mano y caminemos juntos por el
parque”, Sonia, la señora, tímidamente esboza una sonrisa y le dice: -“su
atrevimiento más que ofensivo me parece todo un halago, créame usted que nada
me complacería más que acompañarle, pero dentro de unas horas tengo que
regresar al cuerpo que me alberga”…
<<Si combates con molinos, ser insistente frente a
una señora a la cual quieres tomar de la mano para dar un paseo eterno, no es
cosa complicada, o no lo debe ser>>, La insistencia suele ser un arma
difícil de blandir entre brazos inexpertos, Doorman Quijote lo era… inexperto,
pero nunca malintencionado en su necedad, quería ser acompañado por Sonia
porque estaba seguro de haber encontrado a lo completario de su etérea vida…
necedad que se convierte en convencimiento y a la vez en salvación… sin
imposición-
<<El efecto>>
Tomados de la mano, ambos inician la caminata silenciosa,
sonrisas se dibujan en ambos, Doorman Quijote desestabiliza la tranquilidad,
como comúnmente gustaba de hacerlo, con una risa sincera y lúdica… ríe y ríe
mientras la desconcertada cara de Sonia
aun con la sonrisa pintada observa los ojos grandes de Doorman Quijote y
le pregunta: - ¿Qué tiene, cual es la causa de tan emotiva y fluida risa?...
-Con cara de serena alegría Doorman Quijote responde:
¿Sabe usted Señora linda?... No se espante hoy he tomado un par de decisiones,
primero es que: Tengo la imperiosa necesidad de decirle que, sobre cualquier
consecuencia que esto traiga a mi vida, le entrego mi amor, abierta y
descaradamente no lo puedo ocultar, Segundo: Que “El Patrón de la Buhardilla”
no creo que despierte jamás, porque a consecuencia de mi primera decisión, hoy
eh decidido emanciparme de ese cuerpo…
Un par de de almas tomadas de la mano, traslucidas, se
esfuman con el roció de la madrugada, mientras que Doorman, nuestro Doorman
Sancho, yace plácidamente sobre su pequeña y cómoda cama, abrazando la almohada
que le recuerda a Ella, con una Sonrisa de felicidad eterna y con la única certeza
de que, jamás nadie vera ese papel amarillento doblado por mitad, que tiene
escrito con marcador negro…
-“Bienvenidos a mi Buhardilla”-…
@giancarlonavesc