Todo lo que Brilla tiene que Arder
No es karma, solo causa
y efecto…
│ Juan Carlos Navarro
<<La Causa>>
Espesa penumbra, el silencio que siempre y a pesar de ser un
hecho contradictorio es acompañado de la soledad, esa que bajo cualquier
concepto se niega a vivir separada del primero porque hacen muy buena pareja, ambiente
calmo y sereno, la oscuridad no deja ver ni los pensamientos mismos mucho menos
la propia mano frente a la cara. En eso… “sshrick” el sonido de la cabeza del
fósforo friccionándose contra la cinta marrón de la caja, fósforo y vidrio molido haciendo que el
palillo de la cabeza roja se prenda, fulminante, vivaz, se niega a pesar de los
suspiros del que lo sostiene entre el pulgar y el índice a claudicar, no quiere
dejar de iluminar, ese destello detona en una llama que quiere ser vista, que
quiere brillar, porque para eso fue creada.
Pretensiosamente juega para llamar la atención, bailando en clara
armonía con las pulsaciones del corazón del que la observa, no le basta con
solo brillar, el pretende iluminar, ser de gran importancia en el poco tiempo
que le tomara consumirse.
Arrecha llama que no se cansa, que brinca de lado a lado,
con emoción, inagotable, contra el tiempo, está pidiendo a gritos ser vista y
usada, no quiere malgastar su incandescencia en pequeñeces, pretende lo que
nunca nadie ha pretendido, no quiere ser solo un fósforo común, quiere iluminar
una vida.
Pobre, pobre… tan absorto en su juego de ego y pretensión
que no se da cuenta que se consume con cierta velocidad: el destello
fulminante, hermoso, enceguecedor, que iluminó de lleno y de repente con tal
fuerza aquel anegado cuarto de oscuridad, languidece. Esos tonos Amarillentos y
rojizos, van tornándose en tonos anaranjados y azules, palidecen ¿Qué importa? El cumple con su función, trata
de iluminar una vida; sin descanso, aunque el brillo carece, no deja de bailar
en ningún solo momento por que el tiempo apremia y su misión aún no ha sido
cumplida. Admirable esfuerzo por aferrarse a una meta: el fósforo no se
entretiene en confabulaciones ni sueños que no cumplirá, no se sienta en la
cama preguntándose por las noches ¿Qué buenaventura le depara el futuro? ¡No
hay tiempo para ello!… ¿Recuerda? ¡Tienes que iluminar una vida!
Mientras la llama baila y baila ya la cabeza está totalmente
carbonizada y maltrecha, aquel largo del fosforo aparentemente inagotable, ha
sido consumido más allá de la mitad de su esbelto cuerpo, pero cumple, no se
acongoja, ¿Para qué perder el tiempo sufriendo por haber perdido la mitad de su
cuerpo?... Cierto es que el dolor es indescriptible, pero eso carece de
relevancia cuando él recuerda que su vida tiene un cometido importante,
sumamente importante. Iluminar una vida no es cosa vana mucho menos tarea que se le deja a los cobardes, ¿y si dar
la vida por iluminar otra es el precio? que más importa bien vale la pena el
intento, el sacrificio es solo un paso para alcanzar la redención y vivir
dignamente. ¡Qué importa dar la vida por un ideal!
¡Se acerca!... la
llama ahora se presenta en tonos purpuras y azules, épica batalla se
desarrolla, un fósforo que aún no cumple con su cometido, batalla, palmo a palmo
contra el azaroso destino, aún incansable, con llama bailadora y bríos como los
que mostro desde su génesis, ¡pelea!... combativa flama no se amedrenta el
destino la puso cara a cara con la muerte… de pronto…
Una mano se sacude, el pulgar y el índice quemados, las
huellas de una cruenta batalla en la que ha ganado y como se tenía previsto el
destino, ese sacudón no lo pudo resistir, el fosforo es vencido... Muere
convencido de que su vida fue única, enaltecida por el hecho de brindar luz a
una vida, el espíritu rebosante de coraje, esperanza y fe es la gratificación a
su sacrifico, ya nada más importa murió como debió ser y el hecho es que él
pereció creyéndolo así; brindo luz a la vida y a cambio de ello yace
carbonizado, en el suelo, inerte mientras el que lo uso le da un pisotón y se
marcha dando bocanadas anchas a un cigarrillo que prendió con él…
<<El efecto>>
Todo es subjetivo, podemos pensar, que el destino tiene ya
trazada una vida, cualquiera que esta nos corresponda, llena de vicisitudes y
alegrías o pelear por tratar de conseguir metas con las que poco a poco nos
alentamos para seguir viviendo y trazar nosotros mismos uno propio. Recuerdo y
rescribo un texto sobre veleros:
“El navegar a vela no consiste en que el barco se deje
guiar, simplemente impulsar por el viento; el arte del marino que tripula un
barco velero consiste por el contrario, en saber utilizar la fuerza del viento
haciendo que oriente al barco en una determinada dirección, en saber incluso
muchas veces, navegar a contraviento”
Una analogía que recuerda que somos forjadores de un
destino, podemos utilizar guías que nos conduzcan, hasta cierto lugar y luego
nos abandonen y nos dejen tomar otro viento que podamos utilizar para llevar
nuestro velero al destino deseado.
O simplemente y a pesar de la invalidez de la teoría o
suposición; podamos ser fósforos, dentro de una caja, ya es afortunado el hecho
de que alguien te saque de ella y te use para cualquier motivo, <<TODO LO NECESARIO LLEGA A SER REAL>>
desde prender una vela en una noche oscura hasta encender un cigarrillo, la
vida tiene esa maravilla de ser intrigante, inescrutable, quizás como fósforos
pretendamos llenar de luz objetos que no necesitan de nuestra luminiscencia
porque esperan el fosforo indicado o quizá, tener la fortuna de ser usados para
una tarea importante, de ahí el regreso a lo subjetivo toda tarea puede o no
ser relevante.
Una vida, que no quiere pasar desapercibida inevitablemente
para brillar tiene que arder.
@giancarlonavesc