miércoles, 21 de noviembre de 2012

¡Oh Veracruz!
 -Rinconcito donde hacen sus nidos las Olas del mar (Agustín Lara)-




Este escrito es el homenaje al bello estado de Veracruz, un homenaje a lo que nos hace vibrar, esa vivencia sui-generis. Todas podrán dejar huellas, pero ninguna, como el fulgor de las noches en Veracruz...                                              

Christhian del Rosario Morales.



Estaba tomando un breve descanso en una habitación, de repente sentí que el viento sopló, y ví como las cortinas se movían, con un ritmo tan bello, como el de las olas del mar. Algo dentro de mí, me decía: muévete. Seguramente algo pasaba que me inspiraba a ir allí, y en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba cerca de la ventana. Me detuve y mis pupilas se dilataron asombradas de tanta belleza, estaba ante un lugar mágico, incomparable, lleno de hechos, que hacían vibrar todo mi cuerpo.

Motivada por tal suceso, me encuentro escribiendo tras la ventana de una habitación, del “Hotel Ruiz Milán”, lugar tan acogedor que se encuentra en un bello y maravilloso estado. Que hermoso eres Veracruz. Y como no, si tan solo dirijo mi mirada a tu Malecón y puedo ver a personas disfrutando del buen café “La parroquia”, aun de lejos percibo un delicado aroma a café (suspiro) y también escucho a un Jarocho, entonar un buen son.

Ah! y esos barcos tan grandes, quietos allí, en medio de las inmensidades del mar, ¿como evitar verlos? Transportan mi mente a otro mundo, a ideas tan fascinantes, a pensar que todo es posible (si tienes los deseos, el entusiasmo y el valor, siempre, siempre encuentras las herramientas). Hoy me hacen recordar mi infancia, cuando en los días de lluvia corría en busca de hojas de cuadernos o de papel periódico, para hacer esos dobleces tan exactos y crear un barquito de papel, mi sonrisa infantil dibujada mi rostro, cuando veía navegar contra corriente, aquel barquito de papel.  En esa infancia, creía en una mínima posibilidad que podría haber, de que alguien creara un barco tan enorme, un barco real, no de papel (tan real, como las canoas de Santa Brígida, Arriaga, Chiapas), escribo esto y me siento feliz, contemplando los barcos, en el puerto de Veracruz. Comprobando que todo lo posible, una vez fue imposible en mi mente.  Que: de querer a poder, ay un paso. Un paso, que requiere valor, coraje, y menester para realizar algo.

Ahora mi vista se vuelve a otro lado, veo personas paseando por el malecón, viendo el baile de la Sandunga. Y después de ver todo esto, ¿en que pienso? Pienso en que es hermoso ser espectador(a), pero he entendido que esta condición no debe ser permanente. Así que iré allí, a sentir como late, todo esto, de cerca, a sentir como la vida va ocurriendo día a día.

No es Karma, solo causa y efecto | Christhian del Rosario Morales.

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