La Memoria Musical (los primeros
años)
No es karma, solo
causa y efecto | por: Jorge Macías
No les ha pasado que oyen una melodía o solo unos acordes y eso les trae
vívidos recuerdos de un hecho antiguo o de una persona conocida? A mi me pasa
frecuentemente y esos recuerdos asociados son como muy claros y me llegan dentro.
Quizás es la edad. Se dice que recordar es vivir…. No sé. Lo que si se es que “pasa
cuando ocurre”.
Mi “conexión” música-vivencia comienza cuando yo tenía quizás unos nueve
años. ¡No! perdón, me equivoco… la edad…usted sabe jejejeje (buena excusa!). La
memoria musical más antigua que tengo,
quizás es cuando era bebe o muy niño, seria aquella asociada con la época en
que mi mama ponía en la casa el Concierto No. 2 para piano de Rachmaninoff. Por
supuesto que hasta ahora sé que es esa es la pieza me llevo años aprender ¡esas
cosas! Cuando la oigo, me hace sentir paz y a veces me llega cuando estoy
saliendo de algún problema, como que me dice, me dice mi mama, “hijo, después
de la tempestad viene la calma”. Porque ocurre así? No lo sé, pero la pieza la conozco
de memoria, cada movimiento, cada cambio de ritmo, el piano constante, cadente,
lento, poderoso. Ya como a los cinco o
seis años, vine a escuchar “El Mar” de Ray Conniff y cuando llego a oír esa
pieza, es para mi como prácticamente oler el mar, estar en la playa con la
brisa mmmm, cuando vivíamos en Acapulco y mi carrera de tragón comenzaba. Una
mojarra frita, media docena de almeja reina y claro, una empanadita de camarón
– en la comida, no vaya usted a creer que en todo el día- eso a mi tierna edad (y
yo que me quejo de mis hijos!!). En esa época las caricaturas, todas ellas,
tenia música clásica o de jazz, y es por eso que las personas de mi época
reconocemos las melodías, pero pocos sabemos sus nombres o sus compositores.
Ya adolescente, la música en ingles de los setentas llenó totalmente mi
vida. Carol King, James Taylor, Chicago, América, Eagles, Bee Gees y por
supuesto los Beatles. No pude evitarlo, esa música me atrapó y eso que la letra
no la entendía. Como todos, yo solo balbuceaba y repetía como autómata esos
sonidos, solo la melodía me conectaba con lo que pasaba en mi vida y la
matizaba de una manera especial. Una tarde lluviosa en el cuarto de mi amigo
Oscar y el disco Tapestry de Carol King, ambos leyendo la letra de “You got a friend”
y de “Sor far away”. Una mañana temprano, en pijamas, en la sala de German, con
su hermana Magali y el disco “Horse with no name” de America y tratando de
entender “Ventura Highway”. Las canciones “Et si tu n' existais pas” y “Paroles,
paroles, paroles” que cantaba el francés Joe Dassin en mi “radiecito gris” de
pilas, durante un viaje en camión o en tranvía dentro de la ciudad de Mexico,
pasando por una avenida con muchos arboles altos. Frank Purcell y Francis Lei y
la música de películas eróticas uyyyy ¡¡¡pecaminoso el asunto!!! Aun así, a
escondidas y medio chiveados, nos atrevimos a entrar al cine y ver Emmanuel y
Bilitis, ¿alguien las recuerda? Yo no, pero si recuerdo, siento la música y
sigue siendo muy especial para mi y no se por qué – quizás Freud sepa – Pero
también me trae recuerdos viajando en camión de mi casa al centro o del centro
a mi casa. Creo ya vendía medicinas y libros de puerta en puerta y me la pasaba
en la calle. Calle gloriosa calle, a esa edad se aprende de todo ahí, en la calle.
A los nueve años salí de la casa, me fui a estudiar fuera. Fue una época
dura, nunca había estado solo, sin mi familia, sin mis amigos. Fue una época de
prueba que marco mi vida de manera permanente. Me encontré a mí, digo, si se
puede decir eso a los nueve años. A partir de aquí, ya entendí ingles. La
música se torno con mas sentido y comencé a filtrar cosas, que para ese
entonces, no tenían sentido. ¿Pero que estoy diciendo? ¡¡¡No es cierto!!! ¡Mientes
con todos los dientes Jorge! Quién va decir que la letra de “Stairway to
heaven” de Led Zepelin tiene sentido, pero cada acorde de guitarra la siento
como si fuera ¡mía! O la de “Smoke on the water”, “Woman from Tokio”, de Deep
Purple, siempre sonando estruendosamente cuatro cuartos de mi puerta todos los
domingos en la mañana, ¿tiene sentido? ¡Claro que no tienen sentido! pero sin
embargo que poder se sentía al oírlas, se sentía vivir, vivir joven. El oír
ahora “Do you wanna dance” con Bette Midler, me transporta al tiempo, la tarde,
un baile de gala, de uniforme, esperando entregar una flor a la joven que seria
mi pareja? Ambos nerviosos, bailamos, reímos y luego, se fue. Se fue sin la
caricia deseada o la esperanza de volver.
¡¡¡Las fiestas con mis hermanos, en nuestra casa!!! Woow nuestros padres
eran bien “light” para dejarnos hacer tal escandalo (tres hermanos y tres
hermanas y ¡¡¡TODOS su cuates!!) y ¡¡¡pagar esas cuentas de luz !!! Ahora lo se
por qué aguanto el estruendo y la luz la pago ¡YO! Ni que decir de nuestros
abuelos que vivían al lado y soportaban todos los gritos y carcajadas; pobres
viejitos pero “aguantaban vara”. Hasta los equipos de sonido de mi padre
pagaron el precio y valía la pena las “regañizas” por estropearlos. Pero papa -
Don Jorge le decían mis cuates - siempre nos ayudaba y volvíamos a usarlos. Horas y horas, kilómetros de cinta magnética y
kilos de discos de vinyl, estruendo, cadencia y movimientos locos y
espasmódicos. Pero sobretodo risas, ejercicio desenfrenado, amoríos y hasta drama.
El “bumping” era totalmente lo “in”, con Barry White y su “Can’t get enough of
your love babe”. Y el ritmo funky, de Cool and the Gang y la Family Stone, ese
ritmo me encanta a la fecha pero ya ahora con Prince. Hasta tuve camisa con
cuello “mao” y con colores chillantes, pero ojo, nunca, nunca zapatos de
plataforma! Tardes y noches pasaron en la bailada y en que Víctor, mi hermano,
no paraba de retorcerse y ver que podía bailar todo, todo, sin importar el
ritmo, se retorcía como poseído desenfrenado, ¡que energía del güero! Jajajaja.
Los Bee Gees y “Staying alive”, Grease con John Travolta cantando con la “güerita”
Olivia Newton John. Luego llegaba Barry Manilow, “Mandy” uuff romántico el
tipo, todos cantando y queriendo bailar, con miedo, con tiento, con vergüenza,
pero buscando esa oportunidad para estar cerca “bailar de cachetito” con la
novia o el “prospecto”. Laura ya existía desde entonces. Seguía el ruido, el
“guateque”, mi mama se daba “su vuelta” para ver que todo estuviera en orden
(nunca nos dimos cuenta). Rock and roll en español, lo máximoooo! El “Rock de
la cárcel” y Miguel Angel eran uno, y le
“tundía” sabroso. Suzie Quatro y “ Rock hard” frenesí y brincos! Luego la tanda
de “calmaditas”, Anne Murray con “You needed me”, Santa Esmeralda con “You are
my everything” y las matadoras, la de casi al final de la fiesta, la que todo
mundo esperaba y con casi ya “el asunto cocinado” con la pareja, Bread y “The
Guitar Man”, “If” y por supuesto “Baby I am-I want you”.
Yo pienso, que la música y los recuerdos asociados o viceversa, son para
el humano, una fuerte liga con lo que vive y lo que siente. Es una interacción
sinérgica que va madurando a medida que la vida va ocurriendo y avanzando.
Interacción que nunca termina, como lo expreso en dos ensayos más por venir…
Jorge Macías Sámano

De lo que tengo duda es sobre si Laura te ayudó a recordar tantas canciones, jajaja, por lo de la edad. Al leer tu relato me transporte a las fiestas en tu casa y sobre todo la imagen de tu padre, platicando con nosotros. Toda una época inolvidable.
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