Grafiti Literario
No es karma, solo causa
y efecto…
│ Juan Carlos Navarro
<<La Causa>>
Las manos que tiemblan, tiritan de un miedo casi
injustificado, poros que rebosan de un afluente copioso de sudor, mezcla del
nerviosismo provocado por aquellos ojos que miran fija y serenamente, que leen
hasta el más minúsculo esbozo de alegría o preocupación de aquel rostro que
también suda; la voz, esa de firmeza e inteligencia que capta hasta el
sentimiento más disperso y distraído, llena de calidez en cada frase, de coraje
en cada silaba, de verdad en las ideas que transmite, de vida y esperanza para
los oídos preparados para ellas; esas manos tiemblan de la impotencia del
espíritu, esa impotencia que te abandona en el momento en que te has decidido a
estrechar las manos de ella, porque temen a ser rechazadas, temen quedarse de
cierta forma solitarias y sin más remedio vivir en el eterno estrujar de los
propios dedos.
El miedo queda atrás y Él decide tomar entre las suyas, las
manos de su amada Eugénie… el Obnubilo desaparece, algo se aclara, aunque
necesario era este suceso bajo este velo de incertidumbre ya existían
vestigios, de amor y potencial dormido, habían estado seguramente, pero sin
querer, opacados, opacados por la inseguridad, por la lejanía, el tiempo, los
miedos, las heridas infringidas, por los caminos que se separan, por la brechas
complicadas, la vida compleja pero que llena de carácter, por esos ramales
existenciales que te separan radicalmente, pero que caprichosamente y en el
momento indicado se vuelven a interceptar. Eugénie tuvo la capacidad de jalar
el telón para que la obra diera inicio… Eugénie
solo, solamente Eugénie.
Él, un tipo encarecidamente tímido, gruñón, desalineado,
barbas maltrechas sobre las mejillas, un mostacho que pretendía emular al de
Dalí, pantalones roídos por el uso incorrecto y por sentarse donde fuera que el
cansancio lo arremetía, ¿vaya tipo?... a pesar de ello y gracias a que la vida
lo había pateado algunas veces de lado a lado se encontraba ahora perspectivo,
siempre pensando en que decir antes de hablar, los traspiés lo habían
convertido en un hombre amable pero inseguro, por que dada su situación Él
sentía que su vida había sido un completo desperdicio, temeroso siempre del “qué
dirán” los conocidos y amigos que lo aventajaban en sentidos para Él vagos y
carentes de valor; Lo monetario y valor nickelico de esta sociedad consumista,
llena de tapujos y convencionalismos sociales, lo abrumaban y ¿Cómo no?… mientras el anda a pie y solitario, Bernard,
ya se había casado, tenía un hijo y una camioneta lujosa; sus tíos siempre le
preguntaban: ¿Qué esperas para casarte muchacho?, ¡se te va el tren!. Esas y
mil trivialidades más eran el pan de cada día... Eso paso a ser simple farfullo
y palabrería hueca después de su reencuentro con Eugénie… “Si te dejas atrapar
por las manos pegajosas de la idiosincrasia, estas condenado a vivir bajo
normas y parámetros de una esclavitud consensuada por esta sociedad… libertad”
le decía Eugénie.
Cara a Cara con Cortázar: El Fin del
Mundo del Fin
Esta por demás decir, que lo que necesitaba Él era del
aliento y la inspiración de Eugénie y de repente... el catalizador… “Como
los escribas continuaran, los pocos lectores que en el mundo había van a cambiar de oficio y se
pondrán también de escribas. Cada vez más los países serán de escribas y de
fabricas de papel y tinta, los escribas de día y las máquinas de noche para
imprimir el trabajo de los escribas. Primero las bibliotecas desbordarán de las
casas, entonces las municipalidades deciden (ya estamos en la cosa) sacrificar
los terrenos de juegos infantiles para ampliar las bibliotecas […] Los escribas
trabajan sin tregua por que la humanidad respeta las vocaciones, y los
impresores llegan a las orillas del mar. El presidente de la republica habla
por teléfono con los presidentes de las republicas, y propone inteligentemente
precipitar al mar el sobrante de libros, lo cual se cumple al mismo tiempo en
todas las costas del mundo […] No
piensan que el mar tiene fondo, y que en el fondo del mar empiezan a
amontonarse, los impresos, primero en forma de pasta aglutinante, después en
forma de pasta consolidante, y por fin como un piso resistente aunque viscoso
que sube diariamente algunos metros y que termina por llegar a la superficie.
Entonces muchas aguas invaden muchas tierras, se produce una nueva distribución
de continentes y océanos, y presidentes de diversas republicas son sustituidos
por lagos y penínsulas, presidentes de otras republicas ven abrirse inmensos
territorios a sus ambiciones etcétera…” 1
Gratificante y potencialmente el punto de partida; la “chispita”
que daría ignición al motor que Eugénie había reparado… Él pretendía ser un
escriba más… el relato de Cortázar fue la mecha, pero el combustible lo
proporciono Eugénie. Decidido ya; se convirtió en un depredador furtivo de
libros y escritos… interminable y vislumbradora lectura, había cambiado los
fondos de su capital por lectura y más lectura… Un nuevo ser nace en Él, como
el mitológico fénix, desde lo más bajo y ahondado de sus propias cenizas… un
ser ni mejor, ni peor, solamente distinto, diferente con una mirada más
objetiva y sin prejuicios, pero con la capacidad de lograr lo que se proponga…
Dejo de preocuparse por lo material y hasta cierto punto pero sin llegar al clímax
de las deidades religiosas se intereso por lo espiritual y lo que lo alimenta.
Casi, sin pensar… la pequeña habitación, ahora estaba
amontonada de libros, hojas y “notitas” dentro de las páginas de estos; otras
más llenas de escritos sin sentido, no era un metódico de las letras, más bien
era: un renegado, un guerrillero de la prosa, un ser obstinadamente sentimental
que sentía la necesidad de plasmar palabras e ideas sobre el papel… y cierto es
que el papel es más paciente que los hombres… Nadie nunca en ese mundo
minúsculo y abstracto le diría comentario alguno sobre los escritos,
codiciosamente guardaba cada papelillo para leérselo a Eugénie, solo para ella…
Ahora, noche a noche sale nuestro escriba, con la clara idea
de que su… Eugénie, no será eterna ni mucho menos, así como la vida los separo
una vez, seguramente y muy a su pesar lo hará de nuevo… Eugénie por su parte ha
cumplido y con creces su labor… inspiró.
Nuestro escriba noctambulo, retoma esas calles de la
imaginación, con el único afán de pintar un sentido y apasionado Grafiti
Literario…
<<El efecto>>
Podemos carecer, de aptitudes, de talentos, de órganos
instintivos para un sin número de cuestiones… pero por ningún motivo podemos
carecer de las ganas encabronadas de la pasión por hacer las cosas, aunque
parezca que nos dirigimos en sentidos nunca antes transitados y desconocidos,
el aventurero siempre vive con la premisa del preguntarse sobre el ¿por qué? Adentrándose a las espesas
nieblas de la incertidumbre con la única seguridad de que el precio que pagará,
sea cual sea, será recompensado con el conocimiento de las causas; es
irresponsable coartar el instinto primigenio, casi antinatural el hecho de
limitar nuestro instinto por crear; y crear no tiene que ser forzosamente algo
que trascienda, crear es solo la forma
de pagar el peaje por nuestro transito sobre esta hermosa vida.
Para mi Eugénie…
(1) El Fin del Mundo del Fin-Texto de Julio Cortázar
@giancarlonavesc

aguante cortázar! carajo!!
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