miércoles, 4 de abril de 2012


Grafiti Literario

No es karma, solo causa y efectoJuan Carlos Navarro



<<La Causa>>

     Las manos que tiemblan, tiritan de un miedo casi injustificado, poros que rebosan de un afluente copioso de sudor, mezcla del nerviosismo provocado por aquellos ojos que miran fija y serenamente, que leen hasta el más minúsculo esbozo de alegría o preocupación de aquel rostro que también suda; la voz, esa de firmeza e inteligencia que capta hasta el sentimiento más disperso y distraído, llena de calidez en cada frase, de coraje en cada silaba, de verdad en las ideas que transmite, de vida y esperanza para los oídos preparados para ellas; esas manos tiemblan de la impotencia del espíritu, esa impotencia que te abandona en el momento en que te has decidido a estrechar las manos de ella, porque temen a ser rechazadas, temen quedarse de cierta forma solitarias y sin más remedio vivir en el eterno estrujar de los propios dedos.

     El miedo queda atrás y Él decide tomar entre las suyas, las manos de su amada Eugénie… el Obnubilo desaparece, algo se aclara, aunque necesario era este suceso bajo este velo de incertidumbre ya existían vestigios, de amor y potencial dormido, habían estado seguramente, pero sin querer, opacados, opacados por la inseguridad, por la lejanía, el tiempo, los miedos, las heridas infringidas, por los caminos que se separan, por la brechas complicadas, la vida compleja pero que llena de carácter, por esos ramales existenciales que te separan radicalmente, pero que caprichosamente y en el momento indicado se vuelven a interceptar. Eugénie tuvo la capacidad de jalar el telón para que  la obra diera inicio… Eugénie solo, solamente Eugénie.

     Él, un tipo encarecidamente tímido, gruñón, desalineado, barbas maltrechas sobre las mejillas, un mostacho que pretendía emular al de Dalí, pantalones roídos por el uso incorrecto y por sentarse donde fuera que el cansancio lo arremetía, ¿vaya tipo?... a pesar de ello y gracias a que la vida lo había pateado algunas veces de lado a lado se encontraba ahora perspectivo, siempre pensando en que decir antes de hablar, los traspiés lo habían convertido en un hombre amable pero inseguro, por que dada su situación Él sentía que su vida había sido un completo desperdicio, temeroso siempre del “qué dirán” los conocidos y amigos que lo aventajaban en sentidos para Él vagos y carentes de valor; Lo monetario y valor nickelico de esta sociedad consumista, llena de tapujos y convencionalismos sociales, lo abrumaban y ¿Cómo no?…  mientras el anda a pie y solitario, Bernard, ya se había casado, tenía un hijo y una camioneta lujosa; sus tíos siempre le preguntaban: ¿Qué esperas para casarte muchacho?, ¡se te va el tren!. Esas y mil trivialidades más eran el pan de cada día... Eso paso a ser simple farfullo y palabrería hueca después de su reencuentro con Eugénie… “Si te dejas atrapar por las manos pegajosas de la idiosincrasia, estas condenado a vivir bajo normas y parámetros de una esclavitud consensuada por esta sociedad… libertad” le decía Eugénie.


Cara a Cara con Cortázar: El Fin del Mundo del Fin


     Esta por demás decir, que lo que necesitaba Él era del aliento y la inspiración de Eugénie y de repente... el catalizador… “Como los escribas continuaran, los pocos lectores que en el  mundo había van a cambiar de oficio y se pondrán también de escribas. Cada vez más los países serán de escribas y de fabricas de papel y tinta, los escribas de día y las máquinas de noche para imprimir el trabajo de los escribas. Primero las bibliotecas desbordarán de las casas, entonces las municipalidades deciden (ya estamos en la cosa) sacrificar los terrenos de juegos infantiles para ampliar las bibliotecas […] Los escribas trabajan sin tregua por que la humanidad respeta las vocaciones, y los impresores llegan a las orillas del mar. El presidente de la republica habla por teléfono con los presidentes de las republicas, y propone inteligentemente precipitar al mar el sobrante de libros, lo cual se cumple al mismo tiempo en todas las costas del mundo  […] No piensan que el mar tiene fondo, y que en el fondo del mar empiezan a amontonarse, los impresos, primero en forma de pasta aglutinante, después en forma de pasta consolidante, y por fin como un piso resistente aunque viscoso que sube diariamente algunos metros y que termina por llegar a la superficie. Entonces muchas aguas invaden muchas tierras, se produce una nueva distribución de continentes y océanos, y presidentes de diversas republicas son sustituidos por lagos y penínsulas, presidentes de otras republicas ven abrirse inmensos territorios a sus ambiciones etcétera…” 1

     Gratificante y potencialmente el punto de partida; la “chispita” que daría ignición al motor que Eugénie había reparado… Él pretendía ser un escriba más… el relato de Cortázar fue la mecha, pero el combustible lo proporciono Eugénie. Decidido ya; se convirtió en un depredador furtivo de libros y escritos… interminable y vislumbradora lectura, había cambiado los fondos de su capital por lectura y más lectura… Un nuevo ser nace en Él, como el mitológico fénix, desde lo más bajo y ahondado de sus propias cenizas… un ser ni mejor, ni peor, solamente distinto, diferente con una mirada más objetiva y sin prejuicios, pero con la capacidad de lograr lo que se proponga… Dejo de preocuparse por lo material y hasta cierto punto pero sin llegar al clímax de las deidades religiosas se intereso por lo espiritual y lo que lo alimenta.

     Casi, sin pensar… la pequeña habitación, ahora estaba amontonada de libros, hojas y “notitas” dentro de las páginas de estos; otras más llenas de escritos sin sentido, no era un metódico de las letras, más bien era: un renegado, un guerrillero de la prosa, un ser obstinadamente sentimental que sentía la necesidad de plasmar palabras e ideas sobre el papel… y cierto es que el papel es más paciente que los hombres… Nadie nunca en ese mundo minúsculo y abstracto le diría comentario alguno sobre los escritos, codiciosamente guardaba cada papelillo para leérselo a Eugénie, solo para ella…

     Ahora, noche a noche sale nuestro escriba, con la clara idea de que su… Eugénie, no será eterna ni mucho menos, así como la vida los separo una vez, seguramente y muy a su pesar lo hará de nuevo… Eugénie por su parte ha cumplido y con creces su labor… inspiró.

     Nuestro escriba noctambulo, retoma esas calles de la imaginación, con el único afán de pintar un sentido y apasionado Grafiti Literario…

<<El efecto>>

     Podemos carecer, de aptitudes, de talentos, de órganos instintivos para un sin número de cuestiones… pero por ningún motivo podemos carecer de las ganas encabronadas de la pasión por hacer las cosas, aunque parezca que nos dirigimos en sentidos nunca antes transitados y desconocidos, el aventurero siempre vive con la premisa del preguntarse  sobre el ¿por qué? Adentrándose a las espesas nieblas de la incertidumbre con la única seguridad de que el precio que pagará, sea cual sea, será recompensado con el conocimiento de las causas; es irresponsable coartar el instinto primigenio, casi antinatural el hecho de limitar nuestro instinto por crear; y crear no tiene que ser forzosamente algo que trascienda, crear  es solo la forma de pagar el peaje por nuestro transito sobre esta hermosa vida.

Para mi Eugénie…

(1) El Fin del Mundo del Fin-Texto de Julio Cortázar

@giancarlonavesc

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