Lo Profesional del Amateurismo
No es karma, solo causa
y efecto…
│ Juan Carlos Navarro
<<La Causa>>
-¡Córrele Cabrón, que vamos perdiendo!... <<le decía
Arturo a Trini>>: se jugaba una de las fechas de la liga de Futbol
Municipal “La Frailescana” en Villaflores. Trini, jadeaba, respiración forzada
e interrumpida, escupitajos a causa de la resequedad en la boca, sudor un tanto
maloliente a alcohol, cigarrillos y cerveza (Noche movida, la de anoche), le
basta correr a lo más un pequeño trecho para colocar las manos sobre las rodillas
flexionadas; como implorando el cese del partido…
Trinidad Magdaleno Coz; 32 años, Flacucho, espigado, de
figura no atlética, pero saludable; bebedor empedernido, mal fumador, pero
habituado a esos placeres culposos de la vida, le encanta fumarse varios
cigarrillos a pesar de mirarse ridículo a la hora de blandir un cigarro en la
mano derecha, todo por tratar de aumentar ese halo de galantería y sex
appel frente a las “chamaconas” cuando
espera paciente por el siguiente pasaje; conductor desde hacía 5 años de un
“Bici-Taxi”, para los que conocemos
Villaflores sabemos el significado de esto, para los que no; En Chiapas, más de
uno y diría yo, en varios municipios de este hermoso lugar existe la gran
necesidad de este medio de transporte; la evolución de un pueblo que pretende
ser una ciudad está llena de estas cosas que nos parecen curiosas y hasta
dignas de risa, casi ridículas; pero que, son necesarias en la violencia
evolutiva de los entes… <<Condenados e Ignorantes los que se atreven a
decir “Pinche Pueblo Bicicletero”>>… toda ciudad que es; alguna vez tuvo
la imperiosa necesidad de ese tipo medios de transporte cuando se encontraba en
el proceso de ser, cuando aún eran un pequeños pueblos.
Ese era un domingo común, de rutina casi religiosa, suena
el “bip, bip, bip”, de inclemencia aturdidora en los oídos de Trini, ese sonido
del reloj calculadora que siempre andaba en la muñeca izquierda; se levanta, trastabillando hasta el refrigerador,
saca una botella con agua de sudores fríos y cristalinos, manos resecas y
temblorosas a causa de la resaca que lo aquejaba; y es que, la noche de anoche
había sido una bacanal, fiesta en casa del compadre “hasta que el cuerpo
aguante”, esas en donde se gana el respeto de los cofrades aguantado las
laceras bofetadas del desvelo pero sobre todo del alcohol y en donde se expone
uno a la burla y la humillación de no ser capaz de resistir, por lo menos la
primera botella… ¡Para eso me gustabas!...
Aún así, el compromiso casi profesional, era motivo de
cualquier, cualquier sacrificio; ese día juagaban en el campo local
“Los Vaqueros de Garza” contra “Carnicería Mi Lupita” (vaya nombre más
recurrido) <<el equipo de Trinidad>>. Dos equipos mediocres, situados en los últimos lugares de la liga… ¡¿Qué
importa?!... Cuando hay rivalidad deportiva y Amor a la camiseta, todo eso
carece de relevancia, fuerzas casi mágicas e incomprensibles, coluden para
brindar un espectáculo digno de verse, esa fue la fortuna que me llego de imprevisto
y que ahora con agrado relato, ver aquel juego fue de relevancia, no vital,
pero si aleccionadora. Pactado el compromiso a las 12 del medio día… ¡sea!
Polvorín, esbozos de pasto en algunos sectores, tonos
ocres característicos de estos lares, líneas
caliches demarcaban las aéreas del terreno de juego, clima seco,
caluroso en extremo, pero no el acostumbrado calor de la tierra amada, vientos
del norte, preferentes, levantan de cuando en cuando polvo en
columnas espectrales de tintes rojizos que enceguecen a los pocos espectadores
que buscamos casi fundirnos bajo una reconfortante sombra de los pocos árboles
que rodean el campo, el sol en el zenit, abrazador, inclemente y de repente…
Salta el Arbitro al centro de la cancha, jueces de línea,
ambos equipos entregan tarjetas y se acomodan, la batalla está por iniciar, la
gente espectadora y expectativa se hace presente, gritos que alientan, con
burlas y unas cuantas “mentadas de madre”, aunque pocos, la euforia es contagiosa
y casi tumultuaria, ¡claro! y como no, gran estimulo para un público ávido de
diversión y futbol, son un par de caguamas bien frías bajo aquel incandescente
sol… Mientras paso un “buchazo” de esa fría cerveza, miro con sorpresa que…
Trini está sentado en aquellas piedras que simulaban la banca del equipo … en
fin.
Era una batallada caótica, <<no soy amplio conocedor
de temas futbolísticos, pero si esperábamos ver a la Naranja Mecánica de Cruyff
del 66’, vivíamos en completo estado de engaño, sintomático de las caguamas
>>… tumultuosos corrían los jugadores, patadas a las espinillas, codazos,
futbol bárbaro, sin idea pero con mucho corazón, Los Vaqueros de Garza
desbocados en total desorden llegan a la portería rival, la cual escudriñaba con
ojo vigía Pedrito el albañil <<que también estaba con un resacón de
aquellos>>, el sol lo deslumbra, el balón, en trayectoria parabólica se dirige
hacia su portería, corre a su encuentro con la sospecha y el miedo por vomitar
a medio camino, el balón encuentra una cabeza, lo techa y “gol”,… Se desata una
serie de improperios contra Pedrito desde los aficionados beodos al borde de la
cancha, urgía reclamar esto llegando al confrontamiento físico y los golpes…
transcurren así 75 min de juego. En la banca yacía aun Trini, sudado, acongojado, sufriendo las
vicisitudes de una noche en extremo etílica,
mil facetas se le pintaban en la demacrada cara, pero nunca la de
arrepentimiento por estar ahí esperando pacientemente la hora de entrar.
Desde dentro de la cancha se escucha la voz aguardentosa
del capitán del equipo: Arturo, - ¡vaya humanidad! Que se desbordaba de aquel
rechoncho cuerpo y de pronto… grita: “ORALE TRINI, ENTRALE, PERO EN CHINGA”…
pasmoso se para Trini, se acomoda las medias, faja la camiseta dentro del short
y camina, con aquella elegancia que él creía tener,… - Grita otra vez Arturo…
-¡Córrele Cabrón, que vamos perdiendo!...
Entra Trini, zancadas dignas de risa, motricidad graciosa
a la hora de correr; <<SEÑORES>> lo innegable era el ímpetu y el
corazón con que el corría buscando afanosamente el gol del empate… corría de un
lado a otro, incansable… El postrimero minuto 86, el partido agonizaba, el
desorden ahora era mayor, tipos cansados, con barrigas anchas, arrastrando los
pies como arando el campo, los defensas y la media cancha eran un solo bloque de 7 jugadores en propia
área, Trini, uno de ellos; los de Garza , corren con aliento equino, narices
anchas inhalando oxigeno a bocanadas, cruza un tiro, como una centella, la
fuerza que impulso tal disparo aun no me la explico, pero iba en dirección sesgada
hacia la portería, los 7 defensas se abalanzan sobre el balón; tiro que rebota entre piernas temblorosas que
afligidas buscan dar la pata que desahogue el problema, un pie salvador patea
la bola, con fuerza visceral, fuerza que emula un cañón, sale el disparo en
dirección trágica hasta las espaldas de Trinidad, que ya se disponía a correr
en contraataque, después de rebotar, el balón rueda hacia la portería en “stop
motion”, cámara lenta que parecía un instante eterno para el equipo defensor,
Pedrito el albañil sagaz, y sacando las famosas fuerzas de flaqueza hace por el…
pero nada… el desafortunado Trini ahora había puesto los marcadores 2 – 0 favor
a los de Garza con un autogol… desgracia total… cara larga, inconsolable, sus
coequiperos lo que menos querían era ofrecerle consuelo, le gritaron hasta de
lo que se iba a morir.
Mil ideas pasaron, por la cabeza de Trini, desde lo
rutinario y metódico de su despertar
dominguero, hasta su histérico y etílico sábado por la noche… ¿Habrá valido la
pena despertar temprano para venir a pasar estas penas?, ¡Mejor no hubiera
venido!, ¿estos tipos me odian?... y en eso ¡¡¡¡prrriiiittttttttttt!!!!... el árbitro
pone fin al partido…
Tipos que aman esta camiseta, están dispuesto a pasar
todas las trivialidades de la semana por un momento de gloria o fracaso… Mas
profesional que lo profesional, amor a la camiseta… lo profesional de
Amateurismo.
<<El efecto>>
¿Cómo saber que nos depara un destino confuso si no nos atrevemos
a dar el primer paso?, ¿Por qué el miedo al fracaso es nuestro peor consejero a
la hora de definir nuestro camino?... El miedo y la represión es una constante
que atormenta, que apacigua hasta los más vehementes deseos. Puede ser un
domingo de futbol, un empleo lejano, los estudios inconclusos o inclusive, un
amor lejano… Todo es válido para asirse a una vida con sentido.
@giancarlonavesc

yeah!!! mucha verdad!
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