De como agarran el Taco, se conoce a los Tragones
No es Karma, solo causa y efecto | Jorge Enrique Macías
Ya lo dice el dicho: ¡En la forma
de agarrar el taco, se conoce al tragón!
Chava Flores, con su prosa sabrosa
y picosa en “La Taquiza” relata
de manera muy peculiar sus declaraciones amorosas al momento que oía sus tripas reclamarle la ingestión del
alimento sublime que son los tacos. Él comienza inspirado diciendo:
<< Pudo más una taquiza, que mi más ferviente amor>> ¡Para mí fue al revés!, pues Laura nunca había comido
fuera de casa y cuando comenzó a “andar”
conmigo, conoció este mundo fabuloso,
nutritivo e idiosincrático, del taco. Y lo disfrutó y aún lo hace (claro está,
no sin dejar de haber sufrido dos o tres buenas tifoideas), mientras yo, “como
don Sebas ¡¡ Tan campante!!”
El taco, lo podemos definir simplemente como cualquier alimento
comestible dentro de una tortilla de maíz << medio enrollada>>, porque
si digo << doblada>> ya entraríamos al terreno de una “quesadilla”.
Además, aquí “técnicamente” separo al “burrito”
pues, como dicen por ahí, ese es de “tortilla de harina”, implicando que es de
harina de trigo, no de harina de maíz;
que es el clásico ingrediente de los tacos. Además, el “burrito” tiene enormes limitaciones en su relleno, dado que es
comida del norte del país y ahí la cocina no es muy diversa. Me disculparán con los del “norti”.
La tortillas,” tlaxcalli”,
como me diría mi mama en náhuatl, son
la comida básica para millones de personas. Y no hay cosa más tradicional que
te digan <<Vete por las tortillas>>.
Recuerdo perfectamente cuando a mí me mandaban e iba <<hacer
cola>> y mientras esperaba, tenía
chance de echarme un taco con sal, pápalo o en ocasiones, hasta con
aguacatito o queso añejo; ambos, ingredientes que la tortillería proveía para
los que esperábamos nuestro kilo. Como decían nuestros abuelos eran los tiempos
en que <<se amarraban a los perros con longaniza>>, para indicar los
tiempos pasados, como mejores.
Quien me conoce, sabe perfectamente que mi cuerpo está conformado por la
más variada calidad y cantidad de comida. Incluso saben que uno de mis dichos
es <<Yo como todo siempre y cuando
no este muy echado a perder>>; de ahí mi fortaleza inmunológica y claro, ¡La conspicua
parte media de mi anatomía! En fin,
entre esa variedad de comida, los tacos son sin duda mi comida favorita, tanto
por ser de fácil preparación como por
ser el alimento más común en nuestro país. Va a continuación y con una amable
dedicatoria a Laura, Chucho, Pepe, Ana y Nacho, con quienes conocí y compartí
muchas veces este “viaje” en la comida callejera; describo mis experiencias en
la ingestión de tacos a lo largo de
nuestro basto territorio nacional.
Los de Carnitas. Si bien la mayoría de las personas come tacos de Carnitas acompañados con salsas de todo tipo; es en Michoacán de
donde son las Carnitas mas famosas,
se comen con chiles en vinagre y aunque no lo crean, se llevan muy bien o como
dicen algunos “snobs” de los vinos: <<Tienen un buen “maridaje”>>,
es decir, que si combinan. Los tacos de Carnitas
son de cerdo, se sirven en tortilla de
tamaño normal. De acuerdo con la parte del cerdo de la que provienen, las Carnitas se dividen en maciza (carne magra) o surtida
(donde entra todo el resto). Definitivamente en la surtida, esta la esencia del
taco de Carnitas. El sabor y las texturas están aquí, en las distintas “tripas” (nana, cuajar, nenepil y buche),
el cachete, la trompa, la oreja, el hígado, el corazón y el insuperable – se me
hizo agua la boca- ¡¡¡cueritoooooooo!!! Mis favoritos son los de nana y, por
supuesto ¡¡¡ los combinados de cuerito
con maciza!!! Como en todo hay especialidades, una que encontré entre mis
correrías, son los tacos de papada, ¡si!, ¡De papada
de cerdo! Exquisitos y no tan grasosos como se pudiera pensar y hasta con secciones
con carne!
Los de Canasta o Sudados o tacos de Minero. Se pueden clasificar dentro de los de Guisado, pero por su
apariencia y presentación son muy diferentes. Son tacos de tortilla pequeña,
dos por taco y están rellenos de algunos de los siguientes: papa, chicharrón
prensado, mole verde, rajas, frijoles refritos y algunas veces de ternera.
Todos están guardados dentro de una canasta, cuyo interior está acondicionado mediante plástico y de tela, para mantener la
temperatura y la humedad de ahí que están
calientes y sudados. Se venden
en pares o de tres en tres y se acompañan con chiles y/o cebollas en vinagre. Sin
lugar a duda, los más baratos de México.
Los de Al Pastor. Éstos son de carne de puerco
cortada en pedazos delgados como bistec,
que previamente son marinados en una
salsa de varios chiles (no picantes) y sazonada de forma diversa. Estos bistecs se apilan y se colocan
atravesados por una espada; formando
lo que llamamos un “trompo”. Para cocinarse, se coloca en una estufa vertical y se le
va dando vuelta para que se ase la carne en su totalidad. En la parte alta del trompo originalmente se ponía una
cebolla grande y su jugo iba cayendo sobre la carne al cocinarse; más adelante la cebolla dio lugar a una piña
y con ella se les adicionó otro sabor a
estos sabrosos tacos. Es típico ver a los taqueros
enfrente de sus trompos, afile y
afile sus cuchillos; cortando pedazos de
la carne ya cocinada y continuamente dándole vueltas al trompo para que toda se cueza de manera pareja y no se queme. Dos
tortillas por taco, en donde se ponen
rebanadas delgadas de carne con rajitas de la cebolla o de la piña del trompo y salsas diversas, sin verdura.
La carne de estos tacos combinada con queso dio lugar a las llamadas “gringas”, que nacieron en las taquerías
de atrás del Hotel “Camino Real”, de la Avenida
Mariano Escobedo en la ciudad de México.
Los de barbacoa. La
barbacoa en sí, es toda una tradición en
México y sobretodo en Texcoco, Estado de
México. Carne de borrego cocinada en un hoyo en el piso. Se vende por peso o
por taco en los mercados. Se hacen tacos suaves o dorados (pero no crujientes como
las flautas, ver abajo) Los hay de maciza (pierna o espaldilla) o de
surtida (todo el resto de la carne, no vísceras o cabeza). Es notable ir a
comer barbacoa a Texcoco, pues existen puestos muy especializados: En uno
venden la carne junto con el consomé y
en otros las tortillas, los aguacates, las salsas y el pápalo!! Mis favoritos, los
suaves de espaldilla con harto aguacate, salsa de chile morita,
un consomé bien caliente con harto
garbanzo y en a cada mordida, el pápaloooooooo.¡¡¡ Haciendo feliz - como decía Tsekub , el de “Chanoc” - a mi paladar aventurero!!!
Los de cochinita. Otro ícono en la comida Mexicana y una de las glorias de los boxitos Yucatecos. La carne del
cerdo es marinada en axiote, jugo de
naranja agria, especies y hojas de aguacate; cosiéndose a fuego muy lento y
moviéndose constantemente para que se vaya deshaciendo, hasta formar una pulpa suave, jugosa y fragante. Se pone
esta sabrosa carne en una tortilla pequeña y se le añade una rajitas muy finas
de chile habanero. ¡Cuidado, mucho cuidado!, pues lo que ven ahí naranja, no
son rajitas de zanahorias finamente picadas, no, es el picosísimo chile habanero. Error fatal que le costó
la enchilada de su vida, a mi hermano Luis por tragón y por ganarle la comida a
los demás! Ja ja ja ja. El chile
habanero para los tacos, se pica en rebanadas muy finas, junto con cebolla
(igualmente fina) y el jugo de la naranja agria. Yo, solo tomo unas gotas del
“juguito” pues es bastante picoso para mi boca “tierna”.
Las flautas. Es un taco que en realidad su sabor es dado por la tortilla frita, la
crema y salsa que se les adiciona, pues si no son caseros, casi no llevan carne;
siendo en este caso la de pollo o la carne deshebrada de res. Es el
único taco frito (crujiente) y el único totalmente enrollado, de ahí su nombre
de flauta (por la similitud con el
instrumento musical). Los tacos son fritos y se cubren todos con abundante
crema, queso añejo, lechuga y salsa. Las salsas son: verde, de aguacate o de chile guajillo. Este tipo de tacos en la ciudad de Mexico, fueron
hechos famosos por una cadena de restaurantes que se llamaba “Los Cocoteros”.
Una variante de estos tacos y que recuerdo con cariño, la comí en Acapulco donde pase parte de mi
infancia. Ahí, según me comentaba mi papá , el restaurante hacia consomé de
pollo en gran cantidad, pero del de a deveras, no “Knor”
o “Rosa Blanca” (¡¡gooll! perdón por el comercial), de ahí que
los tacos sabían realmente a pollo. Pues bien el establecimiento que habría sólo en las tardes, servía esos tacos ahogados en un rico consomé de pollo.
Aquí los gustos cambiaban según el cliente; algunos les gustaba sopearlos y a otros les fascinaban ahogados y, realmente, ya suavizados.
Los de mariscos y los de guisados. En realidad estos son muy localizados en donde
pueden ser comidos, pero los hay. Los de mariscos sobretodo en los mercados de
la Península de Yucatán, siendo los mas comunes de camarón (guisado, al natural
o empanizados), jaiba, pulpo y de varios pescados en general. Los de guisados
solo los he comido en la ciudad de México y altamente recomiendo a los de “El Memo”, en el mercado de San Cosme, con mas de 30 años
en el “business”. Generalmente son unos “señores
tacos” o también conocidos como “tacos
placeros” (de la plaza, mercado) en el sentido de que son de tortilla
grande y estando tan llenos, que son
difíciles de cerrar. ¿Su contenido? La imaginación es el límite: Nopales, carnitas,
habas, bistec en salsa de chile pasilla,
chorizo con papas, hígado o corazón de res, huevo con jamón, mole verde, pollo
en mole, ensalada de atún, pata de res, moronga, hígado de pollo, picadillo,
hongos, huevo duro, rajas con crema y todos, todos absolutamente llevan arroz,
¡¡Para que amarre!!
Los tacos de carne asada. Son los tacos elegantes, pues si bien se
consiguen en mercados y alguno que otro puesto semifijo, son los que se venden
en las colonias o sitios más de la “high” de la ciudad de Mexico: hay muchas de
ellos en Polanco, la Roma o la Condesa. Son bistecs y costillas de res
asadas a la parrilla (yo prefiero éstas últimas, pues tienen grasa y de esa forma tienen
saborrrrr!), servidas con cebollitas
asadas y queso fundido. Las salsas son variables,su sabor depende del tipo de
carne y del establecimiento. Es donde van los chicos “nice” diciendo <<Vamos
a echar unos tacos, veeeessss, buena
onda, noooo???>> ¡¡Con dedicatoria a mis queridos amigos de infancia Humberto
y Lourdes!! Jajajaja.
Tacos diversos. Éstos los encuentran quienes gustan de recorrer mercados tales como la Lagunilla, Tepito o la
brava Santa Julia en la ciudad de México.
Los tacos de cecina natural (la preparada solamente seca con sal) y de
cecina enchilada son famosos en Yecapixtla , Tlaxcala; pero yo añadiría otro digno lugar, para los que se venden en el risueño pueblo de Teopisca, en el estado
de Chiapas. Los tacos llamados prehispánicos,
cuyos rellenos, son la delicia de nosotros los biólogos y la aversión de más de un mexicano, pues sus
contenidos son insectos (en sus varios estados de vida) o animales no muy
apetecibles. Los tacos de escamoles
(huevecillos de hormiga), de ahuautle
(ninfas, huevos y adultos de insectos acuáticos), de gusanos de maguey (larvas de palomillas que barrenan el maguey)
y de acociles (camarones de agua
dulce). Unos tacos muy sui generis– muy propios - son los denominados:
de machito que no es mas que el miembro del toro; éstos al
igual que los de criadillas (testículos)
y los de ojos (ver mas abajo) como
son “limitados” en cada animal, es muy raro encontrarlos y por lo mismo, el comerlos. Los tacos de moronga (sangre condimentada y cocida dentro de una tripa) son unos de mis favoritos; la
moronga, ya cocida, se fríe con cebolla, chiles
cuaresmeños y yerbabuena. ¡Simple y espectacularmente deliciosossssss! Para
terminar debo mencionar los de ubre de
res, la cual se cuece y se fríe directamente en un comal, poniéndose directamente
en la tortilla, para hacer el taco.
Aquí cabe hacer un alto y explicar el lugar donde se venden los tacos.
Todos los anteriores se venden en un establecimiento fijo o, en el caso
de los de canasta, son ofertados por vendedores
ambulantes; sin embargo, los que a
continuación explico son, desde mi perspectiva, “la crema y nata” de lo que son los
tacos para el pueblo. Y digo esto por que aparentemente, según el blog
“delicias prehispánicas” la palabra taco viene o esta relacionada con “tlacos”
que eran las monedas del pueblo para los aztecas y los tacos como tales, era la
comida del pueblo. Luego entonces estos tacos son vendidos directamente en la
calle en puestos semifijos y a cualquier hora del día. Y ¡Ojo! No haga mucho
caso del olor alrededor de ellos, ni de el
piso que los rodea estos puestos, que está
resbaladizo por lo que ahí se vende;
pues su paladar se los agradecerá. Entiéndase,
además que, ante la sempiterna presencia de esa especie que
anda en cuatro patas y que según algunos también es servido en estos puestos; son cariñosamente
denominados “tacos de perro”. No me consta, pero si ocurrió, también me los eche y ¡¡sabían rico!!Jajajajaja.
Puesto de tacos de suadero. Para mí, quizás el taco callejero mas sabroso. Es
un taco grasiento, luego entonces totalmente <<con gusto lo
degusto>>. Se utiliza carne de res –suadero
- que tiene grasa y esta se cocina en un comal que tiene una parte central abombada y otra que es una especie de canal que rodea la parte central, donde en esta última se cose la carne y
posteriormente se fríe. Con esta preparación, la carne siempre esta húmeda, ya sea por la
grasa o por agua, la que de manera constante añade el taquero. Los pedazos de
carne se cortan y se calientan o terminan de cocer en la parte abombada del
comal al tiempo que se calientan las tortillas. Se van llenando los tacos con
la carne, dos tortillas pequeñas por taco y se les va echando verdura-- cebolla y cilantro picados – Existe generalmente
dos salsas para adicionarles: generalmente una verde y una roja. Los buenos
puestos de tacos de suadero, tienen un vaso con ramas de pápalo y una
charola llena de rábano rebanado, para
que el tragón, acompañe sin recato
alguno, cada taco que degusta, con el
sabor fresco del rábano y con ese saborcito único del pápalo. Esta yerbita, ya
mencionada con antelación, permite recordar y degustar nuevamente el sabor de
la comida al producir, al poco rato de ser ingerida,¡¡ un sabroso y a veces mal
educado eructo!! Un buen taco de suadero debe de ser hecho con tortillas que,
previo a ser calentadas, deban ser
sumergidas parcialmente en ese caldo
donde se tiene la carne, dándole así, un gusto y textura a la tortilla que mmmm ¡¡
es definitivamente mortal! Literalmente hablando, pues es grasa, rica de
sabor y rica en colesterol! Generalmente estos puestos también tienen chorizo o
aún mejor, ¡tripa de res! y ambos se
cocinan con la carne de suadero, añadiendo su propio gusto a todo.
Puesto de tacos de cabeza. Otro favorito del pueblo, sin duda uno de los
principales para mi y mis correrías por el país. Aquí no verán casi nunca la
cabeza de la res, pues esa ya fue totalmente despellejada (toda la piel se le remueve) y se cose en casa. Lo que
esta ahí, en el puesto, es toda la carne
que le fue quitada: músculos, tendones, nervios, grasa, sesos, lengua y ojos..
Irónicamente aquí los tacos se piden de maciza o de surtida y donde lo único que podemos llamar maciza es lo que se le llama cachete
que es el grueso del músculo disponible.
Se podría discutir que la lengua es maciza y yo estaría de acuerdo, pero la
gente a eso le llama víscera. Pues
bien, esta pedacería de carne se mantiene caliente o
se termina de cocer, en una bandeja
cuadrangular que hace un “baño maría”
al añadirse agua en su doble fondo y cubrirse con un plástico o tela. Las
tortillas, pequeñas, son calentadas también ahí. La carne se acompaña, al
momento de preparar, con la verdura
de rigor. Dada la idiosincrasia del taco
de cabeza, la variedad es la siguiente: de cachete o maciza, de surtida (de todo
va aquí), de lengua, de sesos, de ojo y de tripa (claro, no procedente de la
cabeza jajajaja), denominada suave
pues ésta va cocida, no frita y que es¡¡ una verdadera
deliciaaaaa!!!.El taco de ojo, no me
refiero a ese que nos echamos los
hombres cuando vemos a una fémina hermosa, no, si no al taco
del ojo de la res, éste es, en realidad, la “quintaesencia” del taco de cabeza.
Al contario de lo que todo el mundo pueda pensar (y así lo pensaba Laura), el
aspecto y consistencias del tejido vítreo y acuoso del oculus – ojo – cocido no
es apetecible ciertamente, pero su sabor es,(para nosotros los tragones), ¡ÚNICO!
Y ahora ya hasta Laura es lo primero que pide, jajajaja. Pero recuerden que las
cabezas solo tienen dos, así que tienen que llegar temprano para degustar al
menos uno, digo un ojo, pues de él salen máximo cuatro, digo tacos jajajaja.
Los sesos y la lengua son“harina de otro costal” y ambos tienen un sabor
digamos suave, donde la salsa a combinar es muy importante. Debo aquí, dar tributo al “Güero” y su salsa; en el puesto de enfrente a la panadería “La
Patricia” en la Nva. Sta. Maria, de cuando acompañaba a Laura por el pan y posteriormente,
donde hasta Nacho acudía con nosotros todas las noches a <<Echarnos unos tacos” al salir de “Biológicas”, camino
a la casa. Esta salsa es la mejor que jamás
yo haya probado, ¡ y miren que he andado y comido! Aunque el canijo Güero nunca nos quiso dar la
receta, suponemos llevaba mucho tomate verde y algo de rojo, al menos dos tipos
de chile, incluído uno seco, cebolla, ajo y quizás sin cilantro.
Pero sin lugar a duda hacia del taco toda una experiencia. Aquí les recuerdo el famoso dicho “De
lengua, me como un taco”
No quiero decir que he repasado todos lo tacos existentes, pero si, los
que he comido y disfrutado.
Con este ensayo, además de reconfirmar mi ente tragón, quiero describir a mi manera, la enorme variedad de nuestra
comida mexicana y sobretodo la del Pueblo.
Sin embargo, a pesar de que todo esto he
comido, es sabroso y levanta el ánimo de nosotros los tragones, he de indicar que
por desgracia, este tipo de comida, tal como lo comenzó a puntualizar Rius en su “La
Panza es Primero”; es una pobre dieta, desde un punto de vista
nutricional; pues el factor común son las carnes con sus
derivados. Y si bien sigo con la filosofía de “barriga llena corazón contento”,
ya en estos días combino mis taquitos
con jugos y ensaladas de frutas, así como con sendos pesebres
de finas y no tan finas yerbas. Así que
los invito a “hacer de tripas corazón” y no olvidemos que “somos
lo que comemos”; si bien para mi
desgracia “el que nace barrigón, ¡ni aunque lo fajen! “ o bien dicen que “el que nace pa’ tamal, hasta
del cielo le caen las hojas” y que existe la “máxima” de que “donde no hay gordura, no hay hermosura”
recuerden como dicen por acá los saludables canadienses
“one eapple a day, keep the
doctor away” – (“una manzana al día, mantiene al médico alejado”.)
Jorge Enrique Macías Sámano
No hay comentarios:
Publicar un comentario