miércoles, 9 de mayo de 2012


Sin Decir Adiós…            

No es karma, solo causa y efectoJuan Carlos Navarro



<<La Causa>>

     La verdad es que yo aún lo extraño, lo amo, y lo seguiré amando <<parecen ser ridículas palabras en un Hombre Maduro>>… El expresar libremente los sentimientos no era lo mío; siempre viví en esta zona pobre de mercaderes ladinos al sur de Moscú, un lugar ajetreado, mil cosas suelen suceder ahí, por lo tanto el espíritu se aliena en un ser de sensibilidad gélida. Pero el conocerlo fue una revelación, salvación y sentido a la perturbada y desubicada vida.

        El Circo de los Gatos… Aun recuerdo la estampa de arrogancia en el, era hermoso, el pelaje sedoso, cola esponjada, ojos redondos, como una estampa monocromo, en blanco y negro; la verdad es que los gatos llenan ese vacío que continuamente agolpa mi vida, endorfínica sensación la de combinar el tacto sobre el pelaje gatuno y sentir el ronroneo sobre el pecho, ese era el…  -Mirri

      A pesar de su enclaustrada vida, el tuvo el don y la gentileza, de liberarme de los grilletes que me lastraban el paso y que me hacían sentir un ser apático e inútil en esta sociedad de prejuiciosos valores… -¿no se?... creo que de haber sido un gato doméstico, hubiese muerto de infelicidad, rodeado de comodidades y una vida sin retos, ni metas… pero cuando yo lo conocí era el pianista principal de la orquesta del circo de los gatos de Moscú…

        Tenía talento  a desbordar, lo ponían a leer los métodos de rítmicas y solfeo, <<seguro de algún contrabajista>> frente al público, el cual, al igual que yo, quedaba por demás impresionado  y con sorpresa lúdica, era inevitable, escuchar las risas y las expresiones de sorpresa… era respeto, verlo tocar el piano con sus pequeñas garras blancas que simulaban un par de guantes de seda, golpeteaba con enternecedor ritmo las teclas de un lustroso pianito de cola, era simplemente sobrecogedor, de emoción indescriptible… ¡No pude evitarlo, y tenía que ir a acariciarlo¡

       Su amaestrador sale al paso, con celos fundados y me dice: - ¿Qué desea señor?

-¿Puedo acariciar a su gato?

    - ¿A Mirri?... claro por 5 rublos…

          Mirada que enamora, de candidez, y pasión animal, felina totalmente, se ponía de puntas de garra cuando mis caricias llegaban cerca de su cola; le pregunto a Oleg, el Amaestrador mientras mis pánicos se diluían con las caricias que le daba yo al pianista… ¿Cómo es posible que un animal tan hermoso, un gato, aprenda a hacer eso de simular tocar el piano y leer partituras?... debería ser domestico y vivir para ser consentido ¿no cree?

         <<Sabiduría que Espanta>>… ¿Sabe Señor?... Generalmente las comodidades, cuando no se manejan correctamente degeneran en apatía… A pesar de que no todos creen esto que le contaré: Mis gatos viven en comodidades más que las propias y ¿Cómo no?, si son los que ponen el pan sobre la mesa, siempre entrenamos arduamente con ellos para el espectáculo, casi sin castigo físico, pero si con condicionamientos… eso hace que mis gatos me respeten, vivan una vida activa y con un sentido, el sentido de brindar un espectáculo.

         Cierto es que: La capacidad del trabajo no es todo, ni razón suficiente y necesaria para infundir sentido a la vida de un hombre, más aún en los animales. A veces nos automatizamos en vivir una vida amplia y estrictamente productiva, trabajamos con la única idea de llegar a descansar por las noches, y levantarnos temprano, luego vivimos lo que llaman “la neurosis dominical”, nos divertimos, consumimos, a veces en exceso y descuidamos un aspecto importante y complementario de nuestras vidas –Lo Espiritual… quedándonos una sensación de desolación por volver al trabajo al día siguiente.

               En estos casos generalmente renunciamos a la capacidad de goce en favor a la capacidad de trabajar y viceversa, lo que me trae a colación lo que alguna vez leí en una novela “El trabajo sin amor es solamente un sustitutivo; el amor sin trabajo, un opio”

             Amor, no estrictamente del que se siente por una persona, aunque también es de suma importancia y lo único; a veces son cosas simples y proyectos de vida los que nos ayudan a encontrar el sentido a este andar y esa es la forma de complementar y sobre todo equilibrar el sustitutivo, con el opio… de verdad que eso es subjetivo, cada quién encuentra el sentido en cosas hasta, si se quiere ridículas, pero eso nos hacina a una vida con sentido.

         -<<Revelador>> Sin querer había encontrado ese subjetivo opio que ayudaba a hacer de mis días de apesadumbrado trabajo, en días de esperanza y alegría… cada noche que se podía iba al Circo de Los Gatos de Moscú a ver a Mirri, el pianista, el opio ecléctico de mi vida… <<hasta ahí la vida tenía un sabor nuevo, casi de dulces y tenues gustos a felicidad, sabores que no probaba desde la niñez y que por ser de sinestesica memoria, los disfrutaba habido de cada momento, casi con desesperación porque no sabía hasta cuando durarían>> … hasta que decidí (¿no se? si, mal o bien), ofertar una suma económica fuerte para comprar al gato pianista.

Platica entre Gatos

          <<En una mente sin temores, todo es posible>> Uno de esos tantos días de éxito del espectáculo gatuno, en el “backstage” Mirri el Pianista, platicaba con Thelma, una linda gata de pelaje pardo y le decía: –Fue un tremendo show, ¡Lo sé! y a pesar de eso me siento, incompleto, vacio, carente de motivos para vivir plenamente… ¿sabes que me gustaría ser?... Un gato músico callejero, trasnochando tocando con las bandas callejeras nocturnas temas de jazz, bajo las lunas de octubre que alumbran los basureros de los callejones pobres de Moscú… esa sería una vida plena para mí, no quiero ser más el gato pianista amodorrado y con aires de presunción que tanto deleita a la gente… quiero ser un músico jazzista callejero… pero…

        Le debo, a tanta gente lo que soy, que siento que defraudaré confianzas y cariños de todas estas personas que me han brindado, amistad, compañía, respeto, amor y una vida bastante cómoda, no es justo, ¡Estoy estancado en esta vida!... no puedo defraudarlos, ni a Oleg el amo, ni a Olga, su esposa que me acaricia y me peina todas las noches, ni a Iván el trapecista con el que he encarnado una amistad entrañable y menos a ti Thelma querida, a la cual amo con todas mis fuerzas…  <<Thelma, responde con convicción, pero con el corazón hecho trizas>>

        -Te quiero pedir un gran favor querido Mirri… Cuando decidas ser feliz, no te despidas, márchate Sin decir Adiós… sé que me amas, y yo te correspondo, sé que Iván es un gran amigo para ti, se lo mucho que quieres a Oleg y Olga, pero por ningún motivo podemos impedir que te frustres y seas infeliz… Nada nos debes, te apoyamos porque creemos que vale la pena pelear y fomentar la vida y el talento de un Gato que se lo merece… no sería un buen amigo el que aprovechándose de los beneficios de su ayuda te pida que te quedes… de mi parte no me debes nada, lo único que me quedará es la gran fortuna de haber compartido en algún momento nuestras vidas… Será doloroso pero, justo, la justicia tiene esa cara inmutable de acomodo divino… y si alguna vez nuestros caminos, se vuelven a juntar, seré feliz… mientras tanto recuerda… Cuando decidas ser feliz, no te despidas, márchate Sin decir Adiós…


<<El efecto>>

        Era miércoles, Tenía 5,680 Rublos para comprar al gato pianista <<suma ridícula para comprar un gato>>… Llego al circo, veo el espectáculo; premonitoriamente, fue un show memorable, Mirri estuvo impresionante, La señora que estaba a mi lado, estaba casi llorando por la emoción que aquel gato le causaba al tocar aquel pianito de cola, yo estaba más que complacido, pronto compartiría mi vacía vida, pero ahora con sentido efímero, con el gato pianista…

            Termina el Espectáculo… ¡El público aplaudía!, risas, personas de pie, niños gritando, gente elegante fumaba sus cigarrillos extasiadas por el show… Complacencia total… Los gatos hacen caravana y se cierra el telón…

           Me abalanzo hacía Oleg y le propongo sin más mi descabellada oferta, -¡Te ofrezco 5,680 Rublos por Mirri!... Nunca Olvidare el rostro de aquel gato de mirada inteligente, pero de tristeza que contagia, eso, aún ahora que lo relato y escribo me llena las cuencas de los ojos de lagrimas… <<es inevitable>>…

         Oleg me responde consternado -¿Qué le pasa, no sabe que…?... Ni bien había terminado la frase salir de su boca, cuando Mirri, con esa agilidad felina salta desde su pedestal, brinca sobre el pequeño piano, se escabulle bajo el telón y en la salida de emergencia de aquel viejo teatro que tenia la puerta casi a punto de caer, desaparece…

         Se marcho, decidió ser feliz, solo tuvo la cortesía de hacerlo cumpliendo con la petición que le había hecho Thelma… Se fue Sin decir Adiós. Muchos lamentamos su partida, con llantos, pero con la alegría de que supero sus miedos, decidió encarar, sin importar lo que la vida le trajera, sin importar lo que dejaba atrás, sin complejos de lo que pudieran pensar las amistades y los amores que había dejado a su paso… rompió esa barrera que a muchos nos cuesta y que posiblemente nunca romperemos… venció el medio a ser feliz… y lo es…

     ¿Cómo lo sé?... A veces, de noche, abro la ventana de mi solitario cuartucho, para que le pegue un poco de aire a la planta que tengo sobre la ventana con las persianas hechas jirones y escucho los maullidos de las bandas callejeras gatunas emulando frases melódicas de Coltrane…

       Instantáneamente se viene a mi memoria la imagen del gato que leía las partituras y tocaba aquel pianito lustroso de cola.


@giancarlonavesc

1 comentario: