El Final del
Mundo
No es karma, solo causa
y efecto…
│ Juan Carlos Navarro
<<La Causa>>
Una mañana fría la de ese día, yo como un en una jornada
habitual, desperté muy temprano. No podré negar que al igual que todos tenía un
miedo argumentado, durante los últimos meses, los noticiarios, nos recordaban
del inminente final, las iglesias y religiones nos daban la oportunidad del
arrepentimiento y el alcanzar la salvación si optábamos por una u otra
creencia, la gente totalmente desquiciada, compras de pánico, estado de sitio,
gente peleando con violencia desmedida y sangrienta por la poca comida que
quedaban en los anaqueles de las tiendas, calles silenciosas, un entorno
enrarecido, ventanas tapiadas, miradas de desconfianza… incluso en este pueblo
en el que aún vivo, pueblo de creencias arraigadas, sumamente devoto y de
idiosincrasias difícil de derrocar, habían colocado una sirena en lo alto de un
asta al centro del parque, debajo de ella una bocina y con una leyenda al pie
sobre un tablón viejo que alguien pinto con caligrafía trémula, con pintura
negra que escurría y que decía: …
“ALARMA DEL FIN
DEL MUNDO: ¡Arrepentíos Pecadores!,
pueblo entregado a lo carnal y mundano, cuando escuchéis y veas esta sirena
encenderse, el final es INMINETNTE, arrepentíos y no claudicaras… De lo
contrarió un CONDENADO MAS SEREÍS”
Una combinación de sensaciones era lo que transmitía el
anuncio holocaustico y ¿cómo no?, leyenda amenazante, letras negras
escurridizas, caligrafía temblorosa, Miedo era lo que transmitía. Para los
pocos que transitaron alguna vez en ese parque de hermosura especial era
inaudito verlo así, colmado de basura, muerto, de bancas rotas, de fogatas en
tambos llenos de llantas y basura ardiendo, de perros carroñeros buscando
alimentarse desesperadamente en jaurías violentas, daban un entorno tétrico
junto con el cartel trémulo… <<Por la manera de ser redactado apuesto fue
el sacerdote de la iglesia frente al parque, el autor>>
Como inicialmente dije, esa era una mañana muy fría,
desperté a las 6:23 a.m. sintonizo la
radio desde el teléfono celular, veo la pantalla del mismo, la cual tiene una
hermosa fotografía de ella, observo lo siguiente: viernes 21 de diciembre de
2012, 6:23 a.m. Sorprendido digo: ¡Hoy
es el día!...
Mientras escribía el acostumbrado mensaje de texto que
día con día le mandaba a mi amada, escucho atentamente por la radio del
teléfono que yacía en mi mamo, detengo mi escritura y escucho… “Mensaje
oficial” y empieza el comunicado, eran las 7:00 a.m. <<la
voz de acento peculiar del presidente de la nueva republica amorosa al habla,
decía:>> “Queridos compañeros, hoy es el día pactado, según la creencia y
las teorías hoy es un día culminante en la historia de la humanidad, hoy
aparentemente el mundo llega a su final, coincidente con el solsticio de
invierno hoy 21 de diciembre de 2012 a las 11:12 hrs […] Los invito a no perder
la calma, serenidad, afrontemos juntos esta nueva contrariedad “Si pudimos
contra el sistema y el priismo ¿Por qué no poder contra esto?...
<<En desesperación, generalmente el consciente
traiciona al subconsciente, las ordenes o peticiones son
tergiversadas>> Parece que la
petición de mantener la calma y la serenidad, fue entendida en otro contexto,
en el contrario, y… ¿Qué se puede hacer sucumbido por el pánico?...
Inicia, el verdadero fin del mundo…
¡ALERTA!... Suena la sirena, estridente, chillante,
ensordecedora, por la bocina se escucha al sacerdote hablar, en tonos de
temerosa excitación, conmovido por el lúgubre panorama… “ES TIEMPO,
ARREPENTIOS, NADA MÁS HAY QUE HACER QUE ENTREGAR NUESTRAS ALMAS A LA IGLESIA Y
EL SEÑOR […] BLA, BLA, BLA” <<El miedo era el que hacía hablar a aquel
sacerdote, muy estereotipado, es imaginable>>
Hordas de gente, se agolpan hacia las calles, pánico,
tumulto, golpes, niños llorando, abuelas rezando… la iglesia era insuficiente
para agrupar a toda aquella gente, muchos afuera, muchos tantos más apretujados
dentro… Pocos nos quedamos rezagados, no por ser valientes, sino más bien por
estar resignados al fatídico destino (si es que lo había) a parte: ¿Cómo salvar
una fruta podrida?, yo estaba condenado desde hacía tiempo, nada ni el poder
divino al cual, AHORA respeto de una forma especial pero expectante, me podía
salvar…
Salgo a la calle y me topo con Raúl, un muy buen amigo,
uno de los pocos desde que llegue a este pueblo muy símil de creencias a mí y
le digo:
-
¡Raúl,
cabrón, ¿A dónde vas?!... ¡A la iglesia verdad!... ¿Te arrepentirás? <<le
grite incrédulo>>...
-
No cabrón… Voy a buscar un par… no… muchas, las
que pueda… voy a buscar Vodka. Botellas y botellas de Vodka, cigarrillos,
cervezas, etc… todo para hacer de esto digno… Salvador, no me puedes dejar
solo… ¡ESTO HAY QUE CELEBRARLO, A MANDAR A LA MIERDA AL MUNDO CON ESTILO!
-
Pero… este... fíjate que yo… ¡Bueno, VAMOS!
Llegamos a punto de empujones, las pocas Vinateras
estaban abarrotadas de gente, ya no comprando sino llevando a manos llenas el
alcohol, los dueños de estos lugares ya no vendían, regalaban a la voz de
“acábenselo todo, llévenlo, nada seremos mañana”.
Logre sacar tres botellas de Vodka, una de whisky, la
cual en el tumulto se me cayó al suelo y se hizo pedazos y cuatro cervezas
frías las cuales distribuí dos en las bolsas delanteras de mi flojo pantalón y
las otras dos al reverso del mismo.
Raúl, como siempre más acomedido llevo una gran maleta de
viaje, saco tanto pudo, no contabilice, pero era mucho alcohol, frituras,
cacahuates, cigarrillos, etc... Y me dice con una risa traviesa y de
excitación…
-
¡Vamos al Parque, que ahí será la Fiesta del Fin
del Mundo!
Camino hacia el parque… Mucha gente ya había iniciado la
fiesta… el señor de la Farmacia ya un tanto beodo y con su gran nariz roja,
regalaba medicamento a la gente… los prestamistas salían a tirar el dinero a
las banquetas, el mismo que pasaba desapercibido, pisoteado bajo los pies de la
gente que buscaba comida, alcohol o diversión… gente regalando ropa, risas en
algunos, preocupación en los demás y llegamos al parque…
La gente fuera de la iglesia resignada a no poder entrar
se acercaba a los micro-grupos que escuchaban música, reían y bebían alcohol, y
al igual que ellos se divertían, se conocían, se abrazaban, algunos se besaban,
otros más comenzaban a sacar del “closet” los vestigios guardados de la
sexualidad reprimida… Todo era tan natural, tan cómo debe de ser, sin tapujos,
sin clases sociales, sin desigualdades étnicas ni religiosas… claro… el Alcohol
desinhibe hasta al más reacio de carácter… ¿cómo no?... si puede aflojar el
cuero de los zapatos cuando nos aprietan, ¿Qué no doblegue un alma empedernida?
Cada vez más, estos micro- grupos se hacían más y más
estrechos, se comenzaba a formar un colectivo muy especial, reían, se
abrazaban, todos entonaban en coro, diversas canciones, desde las rancheras,
hasta el pop, o el rock… ya nadie se guardaba nada, todos sacaban esos
sentimientos reprimidos por ellos mismos, por la misma sociedad. El sacerdote
irrumpe la fiesta con gritos desde su altoparlante, “SEÑORES ARREPENTIOS”…
varias personas lo vas a agarrar y lo hacen participe de esta fiesta, el sacerdote
reacio y amenazado por el tumulto se bebe varios tragos de tequila y al igual
que el colectivo empieza a disfrutar de esta fiesta… los únicos que no
encajaban en ella, eran algunos “politiquillos chic” que miraban desde los
balcones de sus ostentosas casas, la fiesta proletaria, no pertenecían a ella…
en fin… estaba cerca el final pactado… 11:00 hrs
En eso se nos une Inez, mi amada, la abrazo fuertemente,
le digo cuanto la amo y abrazados esperamos expectantes el final… 11:10… quedan
solo 2 minutos… aún algunos cantan pero los demás estamos expectantes, miedo y
muchos sentimientos encontrados… 11:11 un silencio de golpe se deja sentir…el
gran reloj de la iglesia marca las 11:12 hrs del 21 de diciembre de 2012… ¡Un suspiro
de angustia generalizado!...
…
Y el reloj marcó las 11:13, ¡alivio! Un ¡AHHHHHH! Sobrecogedor
se deja sentir en coro… una voz solitaria dentro de ese gran colectivo
incontable se deja escuchar a grito descarado… ¡SOBREVIVIMOS AL FIN DEL
MUNDO!...
<<El efecto>>
Ambiguamente habíamos sobrevivido al final del mundo,
pero en realidad el mundo acabo, ese mundo de ambición, de valores retorcidos,
de gente vacía de espíritu, de políticos corruptos, de sacerdotes pederastas,
de conveniencias malsanas, de monopolios televisivos, un mundo de inconsciencia
en muchos aspectos, inconsciencia ecológica, moral y de valores… ¡Sí! el mundo
acabo y para bien… para darle paso a un nuevo mundo, de unidad, casi utópico,
de perfección anhelada, de valores no materiales sino espirituales… un mejor
mundo…
No fue un meteorito, ni inundación, ni catástrofe, fue la
conciencia humana, un poco de alcohol y los valores que generalmente extraviamos por
preocuparnos por cosas irrelevantes la que nos ayudo a darle final al retorcido
mundo en el que viviamos.
@giancarlonavesc

nothing else to do...la cancion del final del mundo http://www.youtube.com/watch?v=oQK9y8krU7M ...ejemplo Y2K muy bueno
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