Evolutiva Etílica Tapachulteca
No es karma, solo causa
y efecto…
│ Juan Carlos Navarro
<<La Causa>>
Me contaba Rodolfo mientras bebíamos un par de cervezas
aparcados en una de la calles perimetrales de aquel parque; ese que, acostumbrado ya de desde que la memoria
post-pubértica recuerda, a aquellas
noches de broncas etílicas, de esas madrugadas de furtivos arrumacos de parejas
casi etéreas que se difuminaban en la tenue caricia de la oscuridad que poco a
poco mengua, ese parque testigo de confesiones y promesas que jamás se
realizarían, el parque de: los amigos, del vodka, de la insensatez y la
intransigencia, del incansable espíritu de la broma y la risa escandalosa, ese
de citas casuales y de constante exploración al libido, de los besos lubrícos,
sudor y siempre algo más; esas noches de
juventud desperdiciada, esas noches del parque de los Laureles, el parquecito
de los Laureles.
Esa era una noche en extremo nostálgica, el deprimente
cuadro: dos tipos pasando los 35 años de edad, recargados sobre el capó del
auto, cerveza en mano, vestimenta formal
que exige el día a día de una vida de estereotipos sociales y de trabajo. Ahí,
postrados y en silencio, testigos de las
nuevas generaciones de adictos al mal uso del sentido común, generaciones que
tiran células cerebrales cual confeti en una fiesta infantil, entregados al alcohol y los cigarrillos… Rodolfo, me
observa con los ojos casi a punto de cerrársele a causa del cansancio y más aún
de la embriaguez, y con voz trastabillante rompe el silencio:
-
Es como verse al espejo… ¿recuerdas a todos
aquellos con los que hacíamos ese “desmadre”?... No quiero que mi hijo haga eso
…
-
Le respondo con una risa cansada, entorpecida
por el alcohol y ligeramente sarcástica: -
ja ja ja… Hay cosas que se resisten a cambiar <<el tono de risible
elocuencia de la cita textual que estaba por realizar, hacía una ofensa de a quién yo intentaba parafrasear… Carl Sagan>>
“Es una cuestión evolutiva, en toda evolución siempre es necesaria la prueba y
el error, el ser humano así como el trazado de una ciudad siempre en su génesis
está expuesta a los errores de trazado, <<hip (onomatopeya de hipo)>> por falta de
previsión e imaginación, trazan calles y edifican conforme a la necesidad,
nunca prevén el futuro, pero esos errores son lo que hacen de una ciudad la que
es, es solo una cuestión de Evolución”. Al igual, <<hip, hip>> nosotros
cuando éramos jóvenes (y no es que justifique ese comportamiento) cometimos los
errores para aprender y evolucionar a lo que ahora somos y… ¿mírame?, ¿mírate?,
algunos nos resistimos a evolucionar y queremos seguir viniendo a recordar al
parque nuestra juventud ¡Qué pena!… Nadie experimenta en cabeza ajena dice mi
abuela… << hip, acompañado de un eructo>>…
-
“¡No mames Ubaldo!” -<<me dice
Rodolfo>>… ¿Sabes que es lo que pasa?... es que ¡YA ESTAS PEDO!...
-
Vuelvo a reír y le digo… - Rodolfo, Rodolfo, ¿ya
ves?... Es evolución, algunos tomamos nuestro neurótico pasado, y lo hacemos
evolucionar hacia un ser mejor, o en mi
caso en un ser peor, un ser que día a día toleran menos y que carece cada vez
de empatía para socializar, aun con las personas ya conocidas, con los
compañeros que sabían de esa condición “antisocial” de mi ser… ¡A propósito!...
-Hoy me paso algo curioso, te cuento…
<<El efecto>>
El Fangoso Corral de los Puercos
Caminaba por ese ya olvidado y sucio parque central, ese que
por ser viejo fue relegado de la historia actual, ¡si el parque central! Ese
que está flanqueado por la iglesia de San Agustín, la casa de la cultura y que ¿creó
con pena?, tiene ubicado en su cabecera norte el “Ayuntamiento Municipal”, y
que, aún por ese hecho de ser ubicación de tan “Honorable Dependencia” <<tono
sarcástico>> se encuentra en un total y sometido estado de Indiferencia,
agolpado por hordas de interminables vendedores ambulantes, que a pesar de su
clandestinidad e irregular estadía son contemplados y ubicados con el
consentimiento y alcahueta mirada del presidente municipal y su comitiva que
desde ese balcón de donde acostumbran a salir a dar sus escuetos e incoherentes
discursos de falsa y forzada pletoricidad observan el bienestar del negocio; ese
parque que ahora queda en el denominado Centro Histórico ,el mismo de mil
remodelaciones sin sentido que solo parecen ser una cantidad de chistes malos
del menos agraciado de los comediantes sabatinos de la televisión, ese de
depósitos de basura que vomitan su contenido sobre la acera, por no importarle
a los responsables ya el “Miguel Hidalgo” y que parece que el único que llama
la atención “por ser nuevo” es el “ Bicentenario”, ese de pequeños riachuelos
de mugre que discurren por las calles y llenan el ambiente del vaho de la
indiferencia. Ese parque: el “Miguel Hidalgo” el que con añoranza recuerdo
recorrer de la mano de mis padres.
Recurridamente lo transite de camino al trabajo, ¿recuerdas
que laboraba yo también en el ayuntamiento?... –Claro <<me responde Rodolfo,
sin complejo ni pena, con el aplomo y sinceridad en la voz que solo el buen
amigo tiene “Tu también eras un Puerco Burócrata”…>>
¡Exacto!, nunca mejor dicho, un PUERCO BUROCRATA… lo peor de
esa época para mí era la indiferencia, adjudicar culpas a los Puercos de más
alto rango y decir: ¿Qué me importa a mí?, si los que se llevan los pesos por
montones son ellos, yo solo haré mi trabajo y a veces aun así no lo hacía de
forma correcta. Decía: ¡que se revuelquen en su lodo!, sin saber que al igual
que ellos yo también era gregario de su rebaño de Puercos, compartíamos el
mismo fango. Cuando la apatía y la indiferencia se coluden también somos
participes y culpables de estos actos aberrantes.
No existe diferencia entre el corral fangoso de aquellos
tiempos y en el que, hoy se revuelcan la nueva clase política y los burócratas de
este presente difuso, nos revolcábamos y se siguen revolcando: en la codicia,
la corrupción, el interés mal intencionado, la hipocresía. En esta carrera de
lobos solo se gana mordiéndole las patas al que nos aventaja… ¿Qué diferencia?,
cuando mi padre me contaba que en el lugar donde hoy se encuentra el
ayuntamiento, anteriormente se localizaba la Escuela Primaria “Teodomiro
Palacios”, esa época de nostalgia para los que la vivieron y de utópico deseo
para los que hoy habitamos y queremos a esta hermosa ciudad, me encrespa los
bellos del cuerpo de la rabia y me llena el espíritu de nostálgica esperanza…
-
<<Rompe en un grito Rodolfo>> -¡Oye,
oye!... a dónde vas con tanta palabrería… Ya argumenta tu maldito cuento.
Cuando algo está mal,
no te sorprendas… ¡Se pondrá Peor! o Irracional.
<<Ya mi cerveza va por la Mitad>> y le digo a
Rodolfo: Tranquilo… ¡No jodas, que desesperado eres! <<Le doy el
penúltimo sorbo a la ya, tibia cerveza>>… Pues bien… <<reanudo mi
charla>> caminaba yo, ya lleno de coraje por esos recuerdos que asaltaron mi memoria y que te acabo de contar cuando; de repente; a un costado de la fuente del parque escucho un grito camuflado
dentro de esa multitud interracial, un grito agudo, de una mujer que decía:
-“!Ubaldo, ¿Ubaldo Arámbula?¡”… Levanto la mirada, ubico la voz y el rostro:
era Margarita, Margarita García, ¿la recuerdas? – aquella que tan mal me caía porque
siempre saludaba, (a pesar de ir solo), con un: ¿Cómo “estamos” hoy, amigo? Y
que se enojaba cuando yo le respondía “Estoy bien gracias, pero, ¿porque me
preguntas “Estamos”?, ¡vengo solo!”…
<<Rodolfo esboza un aburrido>> ¿Y?...
<<continuo>> Me besa la mejilla y yo la de ella
y me dice: “Ubaldo, pero… ¡que gordo estas!… dime:… ¿Cómo ESTAMOS AMIGO?... <<Sentí que un derrame
cerebral acabaría con mi vida en ese momento>>… y reacciono: Muevo la cabeza a la izquierda y luego a la derecha como buscando a un acompañante
ficticio y, bajo la atónita mirada de Margarita le digo: “¡¿ESTAMOS?!… ¿Qué NO VES QUE
VENGO SOLO?”...
Con ese coraje que te
enrojece los ojos y te hace hormiguear las manos, me responde: “NUNCA
CAMBIARAS, MALDITO UBALDO, QUE DESPRECIABLE ERES”… (Se libera de mí una risa
burlona e improvisada que no pone remedio a la situación y respondo): … JA JA
JA, TE EQUIVOCAS MARGARITA, HE CAMBIADO, AHORA… SOY PEOR… ella sumamente
enojada termina la plática con un tácito: ¡CHINGA
A TU MADRE, UBALDO ARÁMBULA!... me da la espalda y se marcha …
La evolución no hace distinciones, es una
cuestión de interdependencia entre el entorno y el individuo, La rama
difícilmente llega comprender el sentido del árbol en su totalidad, aún así:
torcida y sin hojas o agraciada por bellas formas la rama forma
parte del árbol.
@giancarlonavesc

que tranza como estamos !.. Que bueno que algo sacado de la ficcion si no te diria que estas hablando de nosotros....
ResponderEliminarES MUY BUENO EL RELATO Y Q ATRAVES DE LA FICCION LOGRAS TRASPORTARNOS A TODOS A ESOS MOMENTOS.
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