miércoles, 7 de marzo de 2012


Evolutiva Etílica Tapachulteca

No es karma, solo causa y efectoJuan Carlos Navarro



<<La Causa>>

    Me contaba Rodolfo mientras bebíamos un par de cervezas aparcados en una de la calles perimetrales de aquel parque; ese que,  acostumbrado ya de desde que la memoria post-pubértica  recuerda, a aquellas noches de broncas etílicas, de esas madrugadas de furtivos arrumacos de parejas casi etéreas que se difuminaban en la tenue caricia de la oscuridad que poco a poco mengua, ese parque testigo de confesiones y promesas que jamás se realizarían, el parque de: los amigos, del vodka, de la insensatez y la intransigencia, del incansable espíritu de la broma y la risa escandalosa, ese de citas casuales y de constante exploración al libido, de los besos lubrícos, sudor y siempre algo más;  esas noches de juventud desperdiciada, esas noches del parque de los Laureles, el parquecito de los Laureles.

     Esa era una noche en extremo nostálgica, el deprimente cuadro: dos tipos pasando los 35 años de edad, recargados sobre el capó del auto, cerveza en mano,  vestimenta formal que exige el día a día de una vida de estereotipos sociales y de trabajo. Ahí, postrados y en silencio,  testigos de las nuevas generaciones de adictos al mal uso del sentido común, generaciones que tiran células cerebrales cual confeti en una fiesta infantil, entregados al alcohol y los cigarrillos… Rodolfo, me observa con los ojos casi a punto de cerrársele a causa del cansancio y más aún de la embriaguez, y con voz trastabillante rompe el silencio:

-          Es como verse al espejo… ¿recuerdas a todos aquellos con los que hacíamos ese “desmadre”?... No quiero que mi hijo haga eso …

-          Le respondo con una risa cansada, entorpecida por el alcohol y ligeramente sarcástica: -  ja ja ja… Hay cosas que se resisten a cambiar <<el tono de risible elocuencia de la cita textual que estaba por realizar, hacía una ofensa de  a quién yo intentaba parafrasear… Carl Sagan>> “Es una cuestión evolutiva, en toda evolución siempre es necesaria la prueba y el error, el ser humano así como el trazado de una ciudad siempre en su génesis está expuesta a los errores de trazado, <<hip (onomatopeya de hipo)>> por falta de previsión e imaginación, trazan calles y edifican conforme a la necesidad, nunca prevén el futuro, pero esos errores son lo que hacen de una ciudad la que es, es solo una cuestión de Evolución”. Al igual, <<hip, hip>> nosotros cuando éramos jóvenes (y no es que justifique ese comportamiento) cometimos los errores para aprender y evolucionar a lo que ahora somos y… ¿mírame?, ¿mírate?, algunos nos resistimos a evolucionar y queremos seguir viniendo a recordar al parque nuestra juventud ¡Qué pena!… Nadie experimenta en cabeza ajena dice mi abuela… << hip, acompañado de un eructo>>…

-          “¡No mames Ubaldo!” -<<me dice Rodolfo>>… ¿Sabes que es lo que pasa?... es que ¡YA ESTAS PEDO!...


-          Vuelvo a reír y le digo… - Rodolfo, Rodolfo, ¿ya ves?... Es evolución, algunos tomamos nuestro neurótico pasado, y lo hacemos evolucionar hacia un ser mejor, o  en mi caso en un ser peor, un ser que día a día toleran menos y que carece cada vez de empatía para socializar, aun con las personas ya conocidas, con los compañeros que sabían de esa condición “antisocial” de mi ser… ¡A propósito!... -Hoy me paso algo curioso, te cuento…

<<El efecto>>

El Fangoso Corral de los Puercos

     Caminaba por ese ya olvidado y sucio parque central, ese que por ser viejo fue relegado de la historia actual, ¡si el parque central! Ese que está flanqueado por la iglesia de San Agustín, la casa de la cultura y que ¿creó con pena?, tiene ubicado en su cabecera norte el “Ayuntamiento Municipal”, y que, aún por ese hecho de ser ubicación de tan “Honorable Dependencia” <<tono sarcástico>> se encuentra en un total y sometido estado de Indiferencia, agolpado por hordas de interminables vendedores ambulantes, que a pesar de su clandestinidad e irregular estadía son contemplados y ubicados con el consentimiento y alcahueta mirada del presidente municipal y su comitiva que desde ese balcón de donde acostumbran a salir a dar sus escuetos e incoherentes discursos de falsa y forzada pletoricidad observan el bienestar del negocio; ese parque que ahora queda en el denominado Centro Histórico ,el mismo de mil remodelaciones sin sentido que solo parecen ser una cantidad de chistes malos del menos agraciado de los comediantes sabatinos de la televisión, ese de depósitos de basura que vomitan su contenido sobre la acera, por no importarle a los responsables ya el “Miguel Hidalgo” y que parece que el único que llama la atención “por ser nuevo” es el “ Bicentenario”, ese de pequeños riachuelos de mugre que discurren por las calles y llenan el ambiente del vaho de la indiferencia. Ese parque: el “Miguel Hidalgo” el que con añoranza recuerdo recorrer de la mano de mis padres.

     Recurridamente lo transite de camino al trabajo, ¿recuerdas que laboraba yo también en el ayuntamiento?... –Claro <<me responde Rodolfo, sin complejo ni pena, con el aplomo y sinceridad en la voz que solo el buen amigo tiene “Tu también eras un Puerco Burócrata”…>>

     ¡Exacto!, nunca mejor dicho, un PUERCO BUROCRATA… lo peor de esa época para mí era la indiferencia, adjudicar culpas a los Puercos de más alto rango y decir: ¿Qué me importa a mí?, si los que se llevan los pesos por montones son ellos, yo solo haré mi trabajo y a veces aun así no lo hacía de forma correcta. Decía: ¡que se revuelquen en su lodo!, sin saber que al igual que ellos yo también era gregario de su rebaño de Puercos, compartíamos el mismo fango. Cuando la apatía y la indiferencia se coluden también somos participes y culpables de estos actos aberrantes.

     No existe diferencia entre el corral fangoso de aquellos tiempos y en el que, hoy se revuelcan la nueva clase política y los burócratas de este presente difuso, nos revolcábamos y se siguen revolcando: en la codicia, la corrupción, el interés mal intencionado, la hipocresía. En esta carrera de lobos solo se gana mordiéndole las patas al que nos aventaja… ¿Qué diferencia?, cuando mi padre me contaba que en el lugar donde hoy se encuentra el ayuntamiento, anteriormente se localizaba la Escuela Primaria “Teodomiro Palacios”, esa época de nostalgia para los que la vivieron y de utópico deseo para los que hoy habitamos y queremos a esta hermosa ciudad, me encrespa los bellos del cuerpo de la rabia y me llena el espíritu de nostálgica esperanza…

-          <<Rompe en un grito Rodolfo>> -¡Oye, oye!... a dónde vas con tanta palabrería… Ya argumenta tu maldito cuento.

Cuando algo está mal, no te sorprendas… ¡Se pondrá Peor! o Irracional.

     <<Ya mi cerveza va por la Mitad>> y le digo a Rodolfo: Tranquilo… ¡No jodas, que desesperado eres! <<Le doy el penúltimo sorbo a la ya, tibia cerveza>>… Pues bien… <<reanudo mi charla>> caminaba yo, ya lleno de coraje por esos recuerdos que asaltaron mi memoria y que te acabo de contar cuando; de repente; a un costado de la fuente del parque escucho un grito camuflado dentro de esa multitud interracial, un grito agudo, de una mujer que decía: -“!Ubaldo, ¿Ubaldo Arámbula?¡”… Levanto la mirada, ubico la voz y el rostro: era Margarita, Margarita García, ¿la recuerdas? – aquella que tan mal me caía porque siempre saludaba, (a pesar de ir solo), con un: ¿Cómo “estamos” hoy, amigo? Y que se enojaba cuando yo le respondía “Estoy bien gracias, pero, ¿porque me preguntas “Estamos”?, ¡vengo solo!”…

<<Rodolfo esboza un aburrido>>   ¿Y?...

     <<continuo>> Me besa la mejilla y yo la de ella y me dice: “Ubaldo, pero… ¡que gordo estas!… dime:…  ¿Cómo ESTAMOS AMIGO?...   <<Sentí que un derrame cerebral acabaría con mi vida en ese momento>>… y reacciono: Muevo la cabeza a la izquierda y luego a la derecha como buscando a un acompañante ficticio y, bajo la atónita mirada de Margarita le digo: “¡¿ESTAMOS?!… ¿Qué NO VES QUE VENGO SOLO?”...

     Con ese coraje que te enrojece los ojos y te hace hormiguear las manos, me responde: “NUNCA CAMBIARAS, MALDITO UBALDO, QUE DESPRECIABLE ERES”… (Se libera de mí una risa burlona e improvisada que no pone remedio a la situación y respondo): … JA JA JA, TE EQUIVOCAS MARGARITA, HE CAMBIADO, AHORA… SOY PEOR… ella sumamente enojada termina la plática con un tácito: ¡CHINGA A TU MADRE, UBALDO ARÁMBULA!... me da la espalda y se marcha …


 La evolución no hace distinciones, es una cuestión de interdependencia entre el entorno y el individuo, La rama difícilmente llega comprender el sentido del árbol en su totalidad, aún así: torcida  y sin hojas o  agraciada por bellas formas la rama forma parte del árbol.

@giancarlonavesc

2 comentarios:

  1. que tranza como estamos !.. Que bueno que algo sacado de la ficcion si no te diria que estas hablando de nosotros....

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  2. ES MUY BUENO EL RELATO Y Q ATRAVES DE LA FICCION LOGRAS TRASPORTARNOS A TODOS A ESOS MOMENTOS.

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