Haciendo un tributo a las hermosas tradiciones en México, Jorge Macías está semana nos envuelve en la creatividad de las rimas de las llamadas "Calaveritas Mexicanas", así que sin miedo... Los invito a Leer y a compartir.
La Calavera del Blog
Y ahí estaban ellos.
Todos al borde de su gran tumba colectiva “los blogeros de No
es Karma, sólo causa y efecto”. Y en efecto, la mera Catrina se los llevaría
por causa de su algarabía y por tratar de ser escritores de gran vía.
Tristes todos, con caras de espanto ya desfilaban por el camposanto. El insufriblemente
sentimental, Juan; la twitera y siempre
inmersa en” bites”, Judith; la “avangar cafeinómana”, Mitzi; la “dialéctica y
carismática”, Asunción y claro, el de la comida y la ciencia, Jorge el “tragón”.
La Parca les
leía sus propios cuentos de calaca entre huertos de blanco nácar y naranja Cempazuchitl.
Al ritmo de
marimba chiapaneca vibraba la tilica hueca
y tamborileaba sus costillas, haciendo cosquillas a los azorados difuntos.
Mitzi buscaba
entre sus recetas más cargadas y eclécticas, un brebaje de un tinto o algún
confite indicado para la muerte y evitar así su suerte.
Con dominio
del idioma complejo y rebuscado, Asunción trabada en dialogo con la parca, buscaba
burlarla y atolondrarla para escapar.
Todo en vano.
Feliz y flaca, la calaca se meneaba y
decía a los cuatro vientos sin aspavientos “No es karma, solo causa y efecto, No
es Karma, solo causa y efecto”
Cantaba la
huesuda y alegre seguía “karma es que me
los lleeeeeveeeeee, la causaaaaa sus pretensioneeeeeeees y los efectooos, sus
almas en mis adentroooosssss” siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!
Juan se
hundía gozoso entre los huesos de la flaca, pensando en las dimensiones
pitagóricas y fantasmagóricas de sus diseños macabros. La catrina extasiada lo
jalaba del bigotito al sepulcro sin miramiento alguno.
Previendo
hambruna en el cementerio, Jorge se despachaba dos órdenes de tacos de nana y
buche y un su atol meneadito, mientras le recitaba a la calaca una de sus “ficciones
biológicas” buscando burlar su destino entrópico.
Y Judith, tendida, desarrollaba un algoritmo que
bloqueara el password del cementerio
y de su tumba, pero la catacumba estaba ya ahí enfrente de ella y su mano ya
tomada por la huesuda.
La parca se
regodeaba y cantaba. Y hasta bailaba la quebradita retozona sabiendo que los
Blogeros ya estaban longevos y sazones,
listos pa’ sus panteones. Se los llevaría con los pies por delante como
cualquier tunante. Lala, lala, lalaaaaaaa…. “Ustedes ya felparon”, decía la de la
risa eterna y habitante permanente del Mictlán.
Y así sin más
trámite, con su sombrero elegante, la Catrina se cargaba a los cinco
Blogeros. Los metía de uno en uno en sus
fosas, que aunque sin rosas estaban cubiertas de hojas. Hojas llenas de ideas y
sentimientos. La calaca tilica y flaca, sintiendo remordimientos, leía sus
versos a los cuatro vientos.
Los Blogeros
oyendo a la huesuda, se entonaban con unos tequilas y sin saberlo bajaban en
gran tertulia derechito a su descanso eterno.
Jorge Macías
Vancouver, Canadá
Nov 7, 2013

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