Mitos Culinarios y Comportamiento Humano
(Cuentos para niños grandes)
No es karma, solo causa
y efecto…
│ Juan Carlos Navarro
<<La Causa>>
Dos cuentos truncos, que pueden parecer de rareza
analógica, pero de cierta verdad que inquieta… contextualizadas desde un
pequeño comedor de una muy extraña ciudad.
Delicioso Helado de Arándanos
Exquisita figura la que le daba aquel vaso de curvas
inexplicables, y de brillo aperlado sin igual a tan suculento helado. Zonas
purpureas, moradas, de tonalidades cremosas y paladar sin igual, aspecto
tentador, frutillas sobre la copa, gélido, firme, en la estantería refrigerada,
hasta la cucharilla que lo adornaba era de belleza significativa, pero
claramente opacada por el cremoso néctar de tonos morados.
Tanto niños como adultos, se quedaban pasmados,
boquiabiertos sobre tal portento de la repostería, imposible que pasase
desapercibido porque desde su génesis estaba destinado que para eso fuese
creado, para atraer las miradas, para ser deseado, inclusive y a pesar de que
el termino me parece por demás desagradable;… inclusive para que fuese comprado
por el mejor postor…
4:00 p.m. Niños jugando en las calles de esa muy extraña
ciudad, calores del trópico que comúnmente se sienten por estos lares, las
pelotas ruedan, las niñas peinan las muñecas, los padres caminan por la calle
de la mano de sus hijos, el aspecto de característico estereotipo que se presta
para comprar un helado…
Ese era un comedor muy completo, tenía la zona de la
comida en donde uno elegía desde un tipo mesa de bufet (del cual hablaremos
pronto), el platillo con que deliciosamente saciaría su hambre y tenía la zona
de postres, helados y pasteles <<como lo dije esta ciudad es muy
extraña>>.
Simultáneamente, llega una madre con su hija (de cabellos
rizados, tez morena y sonrisa plena de labios llenos, muy similar a una figura de
familiaridad constante y actual para mí) y un señor bajito de aspecto sumamente
amable, de barriga graciosa y cara de afable sonrisa, pero de intensiones
metalizadas y de estereotipos que ahogan y lazan a las demás personas y que
pretenden bajo el concepto de la víctima-victimario apesadumbrar con sus culpas
a los demás… astuto como un zorro.
Parados los tres frente al mostrador refrigerado de los postres…
Y ahí estaba él… el Helado de Arándanos, morados peñascos de cremosa delicia
agrupado en el caprichoso vaso, disuadían la mirada de la pequeña
morenita… le dice a su madre sin
dudarlo…
-
¡Mamá… no quiero nada más que ese rico helado
morado! <<cara de extrema ternura>>…
La madre pregunta con la joven que estaba tras el
mostrador el precio de tan deseado manjar, la chica responde “doscientos
veinticinco pesos”, la madre indignada responde <<como acostumbradamente
y siempre que la indignación la hacían presa>>:
-
¿¡Cuánto!?... ¿está usted loca?... <<soez
vocabulario>> no puedo creerlo como puede ser, es solo un helado… la
chica con la incertidumbre de porque costaba así le dice… ¿no se?... yo no
pongo precios solo vendo… y en la carta dice que vale doscientos veinticinco pesos…
<<Recuerden que esta esta es una ciudad muy
extraña, y… dada la extrañeza… ¿por qué un helado no costaría doscientos
veinticinco pesos?>>
Mientras se desenvolvía ese dialogó el señor “astuto como
un zorro”, quién por cierto miraba hacia una zona radicalmente contraria a donde ocurría el conflictivo
dialogo, voltea y su queda absorto en la discusión… a lo que sin dudar se
entromete descortésmente en medio de la ríspida perorata y cita con firmeza,
con cierto desapego de conciencia, pero con mucha convicción de que el dinero y
solo eso lo podía hacer poseedor del objeto de la disputa...
-¡QUIERO ESE HELADO PORFAVOR! <<Blandiendo un
billete de quinientos pesos como arma intimidante>>
Sin dudarlo la vendedora, saca el suculento vaso de
helado, se lo pone sobre el mostrador al señor “astuto como el zorro”; siempre
bajo la desconcertada mirada de la pequeña morena…
El señor astuto como el zorro sabiéndose objeto de
miradas de envidia, esboza una sonrisa como diciendo: “¡No todos pueden darse
tales gustos!... solo la gente con suficiente dinero y categoría como yo
disfrutamos de las cosas buenas de esta vida, ténganme envidia todos los que me
vean; ustedes desean este helado pero no lo pueden tener, porque no está a su
alcance”
Abre la boca, no espero a sentarse, toma la cuchara entre
los regordetes dedos, un buen cacho de esa montaña de delicia gélida iba en la
cucharilla, y la degusta… la niña expectante boquiabierta mira al señor zorro…
Una cara de total contrariedad se le dibujo al señor
“astuto como un zorro”, un gusto de amargo sabor se le dibujo en el semblante,
la cara de total desapego y de contradictoria realidad; ¿Cómo un Helado de
apariencia tan apetecible podía generar esos gestos de disgusto?... Don zorro
disgustado y con cara de refunfuño grita: “Carajo que helado tan horrible”… es
lo más desagradable que he probado en la vida…
La chica del mostrador responde con el aplomo que te da
la sabiduría y el conocimiento de causa… “NI TODO EL DINERO, NI TODAS LAS
COMODIDADES, LE DARÁN CARÁCTER,
PERSONALIDAD O EL GUSTO POR LAS COSAS DE APARIENCIA INALCANZABLE… LOS
OBJETOS, INCLUSIVE LAS MISMAS PERSONAS NO ESTAMOS ETIQUETADAS CON PRECIOS CON
LOS CUALES ARBITRARIAMENTE NOS PUEDAN ADQUIRIR… USTED PUEDE TENER EL OBJETO QUE
DESEA POR QUE TIENE EL DINERO PARA COMPRARLO SOLO PARA PRESUMIR QUE USTED PUEDE
ADQUIRIRLO MÁS NO POR QUE LO NECESITE… ESA ES LA GRAN DIFERENCIA EN LA VIDA…
HASTA DE TRAS DEL OBJETO MAS INANIMADO SE ESCONDEN SENTIMIENTOS DE ORGULLO Y ALTIVEZ…
EL HELADO SIMPLEMENTE NO DESEABA SER COMIDO POR USTED”
¡¡¡Je je je je je je!!! <<Carcajadas agudas y
dulces, de burla infantil salen de la pequeña boca>> la pequeña de tez
morena se reía sin cesar, de la amargada cara del señor astuto como un zorro
quién y a pesar de todo el dinero que desbordaba de su voluptuosa billetera…
No disfruto de la
delicia purpurea…
El Último Cacho de Pastel de Carne
La mesa tipo Bufet… ya casi limpia, eran las 5 de la
tarde, la tarde de tranquilidad somnolienta, en eso un comensal llega al
comedor de la misma extraña ciudad… se sienta, frente a la mesa de manteles
cuadrados y espera a que se le acerque la mesera…
Ella llega frente a él y le dice: - ¿Qué desea
ordenar?... solo queda Sopa de fideos, Carne de Puerco en Salsa Verde, Arroz,
frijoles, y el último cacho de pastel de carne…
Meditabundo mira hacia la mesa tipo bufet del comedor de
la extraña ciudad y le dice a la mesera… -En un momento le digo…
Mientras eso se suscitaba… llegan otros dos comensales al
mismo tiempo, pero que no iban juntos… dos mujeres jóvenes, a las que
seguramente se les había hecho tarde para comer… se sientan como alineados
simulando un pelotón de fusilamiento frente a la mesa de bufet de la extraña
ciudad… La mesera ya les ha preguntado a los tres comensales que desean y que
es lo que hay… Las miradas de los tres están sobre la mesa de bufet.
Analítica observación la que los comensales hacían sobre
los platillos, todos parecían apetecibles menos el último cacho de pastel de
carne… de apariencia desagradable bañado en una salsa marrón, que parecía
cualquier otra cosa menos un comestible, ciruelas pasas, algunas aceitunas y
colores muy poco atractivos los del último cacho de pastel de carne, moscas
carroñeras revoloteando sobre el… casi fue un pensamiento unisonó… ninguno de
los tres erigiría tan desagradable platillo.
Una de las mujeres jóvenes eligió Sopa de Fideos y un
plato de arroz, las otras dos personas eligieron Puerco en Salsa verde e
igualmente arroz… les sirven una buena porción con la finalidad de que las
bandejas que contenían la comida quedasen limpias y se disponen a comer:
tortillas, agua de Jamaica, salsa verde… todo listo…
Ellos, los tres empezaban ya ingerir gustosamente su
tardía comida, en eso llega una viejecilla, de andares apesadumbrados, con un
bastón torcido por los años, de sandalias desgastadas de los constantes andares
y desprecios, cabellera blanca, vestido casi echo girones por el ambiente de ríspido
de menosprecio… pide una ayuda con los comensales, una de ellas la ignora y le
voltea la cara, los dos restantes le dan un par de monedas que de muy poco le
servirán… pero la señora de la cocina, no la encargada, sino la cocinera que
limpiaba; señora ya entrada en años de amabilidad incontenible, esas señoras a
las que provoca abrazarlas por recordar a la abuela o inclusive a la misma
madre, señora de valores y de
sentimientos de ayuda al prójimo y de excelente carácter… acude
rápidamente a la viejecilla de aspecto
cansado, la sienta en una frente a una de las mesas de manteles cuadrados y le
dice: -No se mueva madre, le voy a dar algo de comer… Inevitablemente eso
atrajo la mirada de los tres comensales…
La señora agarra un plato amplio, sirve frijoles, arroz y
el desagradable último cacho de pastel de carne, no tenía apariencia
apetecible, pero era suficiente comida la de aquel plato, seguro la viejilla de
aspecto cansado no lo terminaría…
Ante los ojos de incrédula felicidad, la viejecilla,
sentada frente a la mesa de manteles cuadriculados, le presentan y le sirven,
el gran plato de comida de aspecto desagradable y un tremendo vaso de agua de
Jamaica…
Mano temblorosa, agarra una cuchara, dubitativa hacia a
donde asestar la primera cucharada sobre tan grande plato… La mirada de los
comensales, sobre la viejilla… sin dudarlo, la anciana postra la cuchara sobre
el último cacho de pastel de carne, se lleva a la boca un buen tajo de ese
pedazo de carne de aspecto incomible… y una sonrisa de extremo gozo se le dibuja en la
boca… apresuradamente, come otro pedazo; luego corta un tajo de una redonda
tortilla y le unta frijoles, arroz y otro pedazo del último cacho de pastel de
carne… gustosa comía y cantaba entre cada bocado una desconocida melodía… Eso le
causo tremenda sorpresa a la cocinera la cual se acerco y le dijo: -¿Madre que
le pasa?... <<la viejilla respondió>>… -Hija este platillo, pero
sobre todo esta carne esta… ¡DELICIOSA! Nunca antes había comido algo así…
Apresurado se levanta el comensal que llego primero y
casi susurrando le pregunta a la cocinera… ¿Tienen más pastel de carne?, luego
la mujer que le esquivo la mirada a la viejilla le grita con voz un tanto
chillona con tonos de chica pedante cuasi burguesa “Me puede servir un poco de
ese pastel de carne plis”… secundada por la voz de la tercera joven mujer… “a
mí también por favor”… La cocinera entrada en años les dice: Creo que la mesera
les dijo que ese era el último cacho del pastel de carne, pero al parecer nadie
quería comérselo, hasta que vieron disfrutar a la abuelita de tan rico
platillo… caras largas…
La viejilla seguía cantando entre bocado y bocado mientras
se deleitaba de tan delicioso platillo, pero de aspecto sumamente desagradable…
<<El efecto>>
Prejuicios… son los que obnubilan nuestra visión,
perdemos de vista, lo esencial, por las apariencias…
1) No podemos obtener o retener, lo que no nos es
necesario, no es conformismo, solo una cuestión de fluir espiritual, nada bueno
se obtiene forzando las ruedas del destino, complementariedad es lo que nos
debe unir a los objetos y personas, no otras condiciones como: los intereses
materiales, la lastima o las costumbres… es una cuestión de mutua necesidad y
de complemento la que nos debe asir a lo que nos rodea.
2) La apariencia no lo es todo… bajo un feo empaque puede
existir un buen contenido o ¿por qué no?, quizá uno malo, la idea es sobre
pasar nuestros complejos y derribar las altas barreras del prejuicio social
para conocer y comprender el porqué de las cosas y de las personas, cuando nos
damos cuenta de que alguien más se atrevió a sobre pasar las barreras del
prejuicio, conoce y encuentra lo realmente interesante de las cosas, es ahí
cuando nos damos cuenta de lo que se pierde por no aventurarse a dar un bocado
al desagradable pastel de carne y encontrar “algo” más allá de lo conocido…
Mientras tanto yo… seguiré
pensando en comida
@giancarlonavesc

Buenísima historia Juan,Uno generalmente cae siempre en estos errores, es muy difícil no hacerlo, pero enmendarlos lo es mucho más... Un abrazo!
ResponderEliminargracias Judy!!! gracias por leer
EliminarLos prejuicios....
ResponderEliminarQue sucede cuando nos encaprichamos en obtener lo que no nos pertenece a toda costa, aun cuando no nos es necesario, no es más que un capricho, cuando jugamos con el destino. Deberíamos confesar nuestra vilesa, cuando actuamos sin escrúpulos. Fluimos de forma espiritual.
No sabes como me gustaría conocer tu punto de vista, más a fondo.
Ya que existe muchaa gente sin escrúpulos, viviendo bajo la apariencia de bondad e intelecto.
saludos
Todo es muy subjetivo mi querido amigo anónimo, los prejuicios viven cuando nos afectan más que de su justa acción, cuando los dejamos hacernos presas de nuestro sistema de vida. cuando cambiamos y nos alienamos a un ser que quiere ser aceptado de alguna forma en un ámbito desconocido...
EliminarCreo la bondad y el intelecto no es algo bajo lo cual se pueda vivir o una mascara con la cual podamos salir a la calle ganando adeptos... la bondad y el intelecto es algo que; como tu mismo dices "Fluye de Manera Espiritual", la gente lo percibe sin necesidad de apariencias: la bondad se gana a base de vivencias y del continuo caminar y tropezar por la vida, el intelecto solo se cultiva con la lectura...
De mi parte, el punto de vista sería (repito) subjetivo, muy con mi óptica de vida... creo que todos vivimos en un sistema de desperfectos armónicos que nos hacen la sociedad que somos... Yo no soy ni un tipo bondadoso, ni mucho menos culto... solo una persona que quiere contar y escribir historias...
Un Saludo Amigo Anónimo... Gracias por tomarte el tiempo para leer
Estoy de acuerdo contigo, desafortunadamente vivimos en un sistema de vida en el cual los valores morales han venido en decadencia. Se ha perdido algo muy importante: El respeto y eso ha envilecido a nuestra sociedad, la cual ha cambiado vertiginosamente. Debememos juzgar? Debemos ser prejuiciosos?
EliminarDebemos hablar con la verdad? Como reaccionar a nuestra sociedad carente de valores?
Efectivamente la bondad nos la traeran nuestras vivencias, nuestras BUENAS acciones. Pero, es humano tropezar por la vida cometiendo acciones que dañen a otras personas teniendo plena conciencia de ello? Cuando actuamos para alimentar a nuestro ego?Se es asi bondadoso ...., se logra alcanzar asi el intelecto , aunque sigamos cultivandonos con la lectura?....pese al comportamiento indevido.
Por cierto, no me refiero a ti, con lo de los prejuicios. Evidentemente eres una persona con unas enormes ganas de escribir y contarnos estas maravillosas historias, las cuales nos hacen reflexionar de manera crítica y constructiva.
Enhorabuena
El lastre que acarreamos siempre en nuestra vida es el de querer hacer las cosas para que los demás nos acepten por ello o juzgar lo que hacen los demás como si eso nos afectara, es instintivo... Mi estimado Anónimo, lo único que te puedo decir es que el goce y el disfrute de nuestra vida depende de un lado mas "personalista" por inicio... hay que hacer para satisfacernos a nosotros mismos, hay que actuar por y para nosotros, y cuando nosotros nos sintamos plenos creo ahí podemos ayudar a la sociedad, no de manera mesiánica sino como una mano que al juntarse con otras manos levantan un peso pesado... Si alguna vez sientes la necesidad de escribir y expresarte, este espacio esta abierto para ti... de manera muy personal te comento que eso de escribir me ha ayudado a tener una perspectiva amplia, retroalimentandome con los comentarios como los tuyos a parte de desfogar la tensión daria...
EliminarLa invitación esta ahí... saludos
muy bueno loco... todos somos prejuciosos o tenemos algo de eso...tanto como el prejucioso que juzga a todos y por todo, y el que juzga los perjuicios del prejuicioso ...
ResponderEliminarGracias loquito!!!... eramos greñudos, fachosos con barbas teñidas de azul...
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